Que sí, que el mundo y la vida son un puro coñazo… Pero libros como «Monstruo Espagueti» de Anastasia Bengochea te hacen la existencia más divertida.
El mundo no es sólo un escenario y la vida un teatro, como los melancólicos barrocos empezaron a aventurar. No, el mundo es un escenario pero de bajo presupuesto, lleno de polvo y de madera carcomida por viscosas y amarillentas termitas. La vida, en cambio, es una decadente tragicomedia entregada al absurdo y escrita probablemente por los guionistas de «Sharknado«. Un panorama de lo más desazonador y lúgubre si no fuera porque existen personas como Anastasia Bengoechea, libros como «Monstruo Espagueti» y actitudes vitales como el humor.
La vida da asco, pero eso no quita que nos podamos reír de todo. De hecho, quizás el humor sea la única manera de sobrevivir entre tanta decadencia. Un humor tan ácido y corrosivo que dejaría sin ojos a cualquiera es lo que une los divertidos dibujos y las observaciones mordaces que pueblan «Monstruo Espagueti«, un tomo cuya génesis empezó casi por casualidad y en un blog: al principio, estas ilustraciones eran sólo un acompañamiento a los pensamientos y las poesías que Anastasia publicaba en su blog, pero se hicieron tan populares que han acabado convirtiéndose en su proyecto central. Publicado por La Cúpula, las ilustraciones del libro abordan temas que van desde la hipocresía y la incordiante autorefencialidad de las redes sociales a problemas de calada existencial realmente profunda, y tampoco están exentos de autocrítica: Anastasia Bengochea no deja títere con cabeza, ella misma incluida.
En definitiva, «Monstruo Espagueti» nos obliga a reflexionar sobre lo absurdo, lo disparatado y lo frustrante que son nuestras existencias pero arrancándonos más de una carcajada. Además, la simplicidad formal de las ilustraciones deja espacio suficiente para que las profundas reflexiones asomen bajo la crítica mordaz y el humor ácido. Parafraseando a nuestra manera al poeta más ñoño y azucarado que ha pisado los escenarios de este gran teatro del mundo… si nada nos salva de la muerte, que el humor nos salve de la vida.