Asistimos a la cena maridaje de Purity Vodka en el mesón de Plateselector… Y te lo explicamos todo en esta crónica que te hará la boca agua.
[dropcap]S[/dropcap]i el gin tonic siempre fue la bebida de los gentlemen ingleses, el vodka siempre se asoció al carácter duro de los rusos. Pero lo que haya pasado desde sus orígenes a como percibimos ambas bebidas hoy en día es un misterio (u obra del marketing). El gin tonic ha pasado a ser la bebida de moda, y el vodka ha pasado a mejor vida después de haber formado parte de borracheras adolescentes… Pero eso, amigos, va a cambiar en cuanto Purity Vodka aterrice en nuestras vidas. Purity Vodka es el vodka premium más premiado del mundo, nombrado «vodka del año» por tercera vez consecutivo por The Spirit Business. Pudimos comprobar que este no es un vodka cualquiera en el mesón de Plateselector, donde degustamos un menú elaborado por Johann Wald con maridaje del vodka sueco.
Empezamos la noche con un discurso de Magnus Petterson, embajador de Purity Vodka en Europa, quien nos explicó el proceso de destilación artesanal de este vodka creado por Thomas Kuuttanen. Johann nos ofreció un cóctel de bienvenida llamado Purity Sourface, que recordaba ligeramente al Pisco Sour, combinado con una tabla mediterránea compuesta por olivas de de La Ribera, mantequilla de sardinas y terrina rústica de cerdo; y unos torreznos al Togarashi con perfume de cítricos. Bien de grasa para que nuestro estómago no se resintiera. Todavía se nos hace la boca agua al recordarlo.
Seguidamente, tomamos el cóctel Smoke on the Blood de Alfredo Pernía: un bloody mary ahumado, algo picante y con un toque dulce de puré de frambuesas casero. Delicioso. El cóctel se acompañó con un dim sum peculiar y también ahumado, llamado Dim Sum Nouvelle Chacine, relleno de chacina y chorizo, combinando la sutileza de oriente con el toque castizo de nuestra tierra. La salsa que le acompañaba era hoisin de frambuesa. Un equipo perfecto.
El tercer cóctel de Purity fue Too Pure de Mauri Jiménez, compuesto por Falernum, zumo de lulo (una fruta que principalmente se encuentra en Ecuador) y zumo de lima con naranja sanguina para decorar. Un cóctel ácido pero fresco y suave que casaba estupendamente con el ceviche limeño que nos sirvieron para acompañarlo. Y, por último, llegó la bebida de James Bond: vodka con vermouth blanco Noilly Prat, «shaken not stirred» (mezclado pero no agitado), con un toque de jarabe de rosas que a pesar de la consistencia del cóctel dejaba un toque dulce en el paladar. Su nombre es Purity Rose, elaborado por Ismael Labrador, y se sirvió con una Gilda Malagueña con sardina ahumada, piparra y aceituna de Málaga.
De postre tomamos una suave espuma de yogurt al aceite de Arbequina, muy delicado pero con carácter. Para acabar la velada, se otorgaron tres premios: el de mejor maridaje fue el de Alfredo Pernía, el cóctel más original fue el de Mauri Jiménez y el ganador fue el de Ismael Labrador, ya que es el que más fiel se mantenía a los valores que transmite Purity Vodka y con el que se pudo apreciar más su sabor. Al salir del mesón, pensamos que si nuestro hígado nos lo permitiese no haríamos otra cosa que tomar cócteles cada día.
Podéis encontrar estupendos cócteles de Purity Vodka en las siguientes coctelerías:
BARCELONA:
Tandem (Aribau, 86)
Ideal Cocktail Bar (Aribau, 89)
Dry Martini (Aribau, 162)
MADRID:
José Alfredo (Silva, 22)
Café Berlín (Jacometrezo, 4)
Granvía Uno (Gran Vía, 1)
[FOTOS: AnTruan]