La tercera fiesta de Nueva Época venía fuertecita: Tops, El Último Vecino, Elsa de Alfonso y Los Presitgio… Aquí nuestra completa crónica de la noche.
[dropcap]A[/dropcap] la tercera no tiene porqué ser la vencida. Y la primera no tiene que ser siempre la peor experiencia. Comenzando con esta absurda filosofía de vida nos dirigimos el pasado 7 de diciembre a la tercera fiesta Nueva Época organizada por La Editorial de CANADA, sello discográfico surgido a través de la productora más molona de la Ciudad Condal y parte del extranjero. Las dos primeras fiestas se celebraron en la emblemática Nueva Época, sala de fiestas para señores y señoras maduros, con aires kitsch y mucho terciopelo y lentejuela. Como tiene que ser: glamour decadente para noches decadentes (en el mejor sentido de la palabra).
Esta tercera fiesta tenía que celebrarse en el Teatre Principal, pero por lo visto en esta sala se cuecen algunos de los negocios más turbios de la ciudad, así que en el último momento se decidió que la fiesta seguía en pie y lo hacía en la sala Sutton. Esta sala también comparte con las anteriores el cutrelux, el dorado, los sofás y las luces de neón. La belleza de la decadencia. El vestigio de un pasado que podría haber sido mejor que el presente. Aunque en este caso la clientela no suele estar formada por señores maduros sino por chavales con camisas azules y mucha gomina y por muchachas rubias y operadas. esta vez, sin embargo, la sala no iba a estar cerrada a un solo público. No, esta vez iba a ser una mezcla de barbas, melenas de colores, gafas de pasta, camisas azules pobladas con el famoso logo del jugador de polo, mocasines y tacones. Como ver un documental de National Geographic, un experimento sociológico que podría salir bien y engendrar nuevas especies o por el contrario generar miradas furtivas de odio y risitas ahogadas.
Primero tocaban Elsa de Alfonso y Los Prestigio, grupo formado por la hiperactiva, carismática y siempre divertida Elsa de Alfonso (Villarroel y otros grupos) con miembros de Beach Beach, Extraperlo y Doble Pletina. Pudimos disfrutar de las últimas canciones, como siempre con esa gracia que les caracteriza. Canción italiana y mucho cachondeo, aunque la cosa sea seria. Le siguieron TOPS, grupo de Montreal que venía por primera vez a Barcelona para presentar su álbum de debut «Picture You Staring» (Arbutus 2014). Un disco de pop que podría haber sido la banda sonora de cualquier película de adolescentes de los 80. La tierna voz de Jane Penny hace que nos enamoremos de ella seamos del sexo que seamos y tengamos la opción sexual que tengamos. Es muy abrazable y tierna, pero en directo y según a qué horas a lo mejor nos sobra azúcar y nos falta cafeína. Su concierto era a medianoche y le faltó la fuerza necesaria para hacer que quisiéramos seguir bailando hasta el amanecer. Y por lo visto la gente se aburría porque casi se oían más los murmullos de la multitud que la voz de Jane. Aún así, de vez en cuando la rubia sacaba la fuerza y elevaba su voz entusiasmada, como dando a entender al público que estaba allí cantando para ellos y que hicieran el favor de hacerle caso. Mucha balada para ligar a lo antiguo, pero poca chicha para el baile moderno. Solo en «Change of Heart» y «Way To Be Loved» se animó un poco la fiesta.
Pero para verbena la que nos ofreció El Último Vecino, siempre dispuestos a hacernos bailar espasmódicamente. Ahí la noche se arregló y empezó el jolgorio. Presentaban los temas de su nuevo EP, «Tu Casa Nueva«, con la canción que le da título además de «Sin Ni Tan Siquiera», y «Culebra, Columna y Estatua«, que ha contado con la colaboración de Javiera Mena. También repasaron su álbum de debut, que tantos éxitos ha cosechado allí por donde ha pasado. Movimientos de manos histriónicos, miradas al infinito, bailes imposibles… Todo esto es lo que ofreció Gerard, líder de EUV a un público más que entregado. Y es que lo de El Último Vecino es muy fuerte: sólo hacen hits para bailar como si acabaras de salir del psiquiátrico o siguieras todavía en él disfrutando de un mundo de locura mucho más divertido que el mundo real. No hay ni una canción que no puedas bailar como si te fuera la vida en ello, y toda esa energía se transforma en momentos de éxtasis que duran aproximadamente tres minutos.
Para acabar la noche, Mujeres y más tarde las chicas del fanzine Bulbasur y el colectivo Relámpago estuvieron poniendo temas de ayer y antesdeayer con los que no sabemos si la clientela habitual del local estuvo muy contenta ni sabemos si surgieron nuevas relaciones entre colectivos de diferente índole, pero lo que sí sabemos es que a partir de ciertas horas no se deben ver documentales que puedan dañar seriamente tu salud mental. Así que mejor acabar la noche con un buen sabor de boca que viendo según qué espectáculos. Hasta la próxima Nueva Época. [FOTOS: AnTruan]