Allá por el 2006, en plena explosión mediática y reconocimiento global de una carrera que hasta entonces no pasaba de best kept secret en algunos círculos restringidos, Antony Hegarty se llevó a dieciséis chicas de gira, entre ellas varios transexuales, para crear junto al artista y cineasta Charles Atlas una performance donde el sentimiento de la música se convertía en imágenes que a su vez eran proyectadas en estas mujeres, sobre una plataforma giratoria en el escenario. El típico mensaje al que Antony nos tiene acostumbrados, como incansable punta de lanza del movimiento feminista y la lucha de clase, género y conciencia en el siglo XXI. Un mensaje que podría sonar manipulador y frívolo en manos de algunos, pero que la conmovedora sinceridad de Antony es capaz de impregnarlo de una fuerza y una emoción casi incontrolables. Pocos cantan con la pasión, con el sufrimiento y el júbilo por vivir como él; pocos han sido responsables de poner lágrimas en los ojos de hombres y mujeres con tanta asiduidad como Antony Hegarty, el trovador del alma partida en dos.
En este sentido, “Turning” no es una excepción. Canciones maravillosas interpretadas con una sensibilidad exquisita. Son una buena cantidad de cortes para disfrutar, diecisiete, que en ocasiones mejoran su versión en estudio (“Bird Gerhl”, impresionante “One Dove”) y en otras un cierto exceso de rigidez le juegan una mala pasada (“Cripple And The Starfish”, “For Today I Am A Boy”). Canciones de sobra conocidas por todos los fans que no encontrarán muchas razones para salivar entusiasmados, sobre todo los que ya conozcan el francamente superior “Cut The World”. El principal atractivo de “Turning” para el coleccionista es, sin duda, la posibilidad de adquirir junto al disco el DVD con la performance en vídeo. Para los pobres diablos que todavía ignoren la existencia de Antony & The Johnsons, este puede ser un buen punto de partida, el momento adecuado para descubrir su música. Para ese momento sublime, nunca puede ser tarde.