[dropcap]66%[/dropcap] SONGS / Deptford Goth. Será por aquellas fotos de promo que se gastaba Daniel Woodhouse en el lanzamiento de su primer disco, pero lo cierto es que Deptford Goth siempre me pareció algo así como el primo campestre de todo el rollo nu-r&b puramente urbano y londinense. Entre las mencionadas fotografías (que siempre mostraban a Woodhouse en medio de la naturaleza y a plena luz del día) y la música de «Life After Defo» (Merok, 2013) se establecía una corriente de comunicación interna y subterránea en la que el alma soulera que muchos estaban insuflando al cuerpo inerte del post-dubstep recibía a su vez todo un conjunto de atributos originales: algo más de luz, una melancolía más cálida, una supresión del sentir sexual a favor de la supremacía de un buen rollo atemperado. Todo aquella hacía pensar que Deptford Goth ya había encontrado un camino propio dentro de este género que, ya par entonces, se preveía de corto alcance.
La continuación de «Life After Defo«, sin embargo, no concreta aquellos logros ni los explota hasta llegar a algún paradigma genérico realmente nuevo, a algo que haga vibrar a quien escucha. Lo jodido es que «Songs» (37 Adventures, 2014) se abre de forma pletórica: «Relics» parte de una percusión de hojalata y muestra quiebros de folklore pastoral como una flauta desafinada que hace pensar en una especie de folktrónica vol. 2. Una delicia. Pero, más allá de ese arranque, «Songs» se muestra excesivamente moroso y complaciente con los logros pasados de Deptford Goth… La broma es fácil, pero ya dicen que el matrimonio mata la creatividad y, curiosamente, este es un disco que el mismo Woodhouse ha señalado como una celebración de su reciente enlace matrimonial. Imposible no concebir entonces «Songs» como una pareja que lleva varias décadas casada: el placer está ahí, pero es «otro tipo de placer» en el que no hay espacio para la sorpresa ni para los picos de intensidad. Es un disco que agrada, pero que no enamora. Un disco que duele precisamente por las gigantescas esperanzas que muchos teníamos puestas en Deptford Goth como renovador de ese puticlub en el que se ha convertido el nu-r&b. [Raül De Tena]
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[dropcap]74%[/dropcap] ORDEN INVISIBLE / Eladio y Los Seres Queridos. “Orden Invisible” (esmerArte, 2014), tercer álbum de Eladio y Los Seres Queridos, ya entra por los ojos: su cubierta se podría interpretar como una especie de “El Jardín de las Delicias” bucólico y colorista o una viñeta sacada de una versión de “Sonrisas y Lágrimas” truculenta y enigmática. Ambas alegorías sirven para fijar el contexto en el que se mueve el contenido del disco, en el que se mezcla la opresión de la realidad presente y la luz que desprende el empeño por extraer de la tristeza circundante pensamientos optimistas y sentimientos revitalizadores. Esta combinación, a nivel formal, se traduce en un sonido ampuloso (en el mejor sentido del término), pulcro, bien pulido y perfectamente producido por el tándem Manuel Colmenero–Javibu Carretero que representa la cúspide de la trayectoria de Eladio y Los Seres Queridos. A nivel narrativo, la lírica fluye a través de unos textos cuidados que no buscan el típico mensaje de autoayuda (tan propio de nuestros días) ni el masaje emocional empalagoso, sino que simplemente pretenden ofrecer versos diáfanos de significado e identificación universales.
Reunidos y ordenados estos elementos, sería fácil seguir metiendo a Eladio y Los Seres Queridos en el saco del pop adulto, etiqueta que se ha aplicado al grupo vigués sistemáticamente desde su primer LP y que ya no tiene ningún sentido, se ha quedado obsoleta. Basta con analizar la composición de la audiencia habitual (sobre todo en vivo y en directo) de Eladio Santos y familia para cerciorarse de que son capaces de alcanzar los oídos de cualquier oyente, sin importar su edad ni su condición. En este sentido, “Orden Invisible” diluye prejuicios definitivamente gracias a la elegancia intemporal de las piezas que lo integran, adornadas con cuerdas, metales y piano, preñadas de melodías reconfortantes y guiadas por una voz cálida y empática.
En su momento, Eladio Santos afirmó a propósito del proceso de grabación de “Orden Invisible” que en él daría más protagonismo a la guitarra eléctrica en detrimento de la más habitual acústica. Y así es en parte del conjunto, sobre todo en la firme “Niño Salvaje” y en la agitada “Junto a los Seres Queridos”, aunque esa transición se tamiza por la épica contenida que tan hábilmente siempre ha manejado la banda a través de “Los Dinosaurios”, “La Misa” -ambas harán las delicias de los fans de Love Of Lesbian época “1999” (Warner / Music Bus, 2009)- o “Dispositivo Celestial”. Entre medias, pequeñas sorpresas como el banjo incluido en “Eternamente” endulzan la progresión de un álbum que convierte reflexiones sobre el paso del tiempo, la espiritualidad de la supervivencia moderna y otras dudas existenciales en filosofía cotidiana a la que pueden recurrir todos aquellos que se enfrentan a la vida de una manera quijotesca. [Jose A. Martínez]
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[dropcap]70%[/dropcap] STRONGER AND BETTER / Joseph Airport. Si nos dijeran que el estreno en largo de Joseph Airport, “Stronger And Better” (Tsunami Patrol Music / Mascarpone, 2014), es un disco de Guided By Voices bajo otra denominación, nos lo creeríamos sin rechistar. También podría colar que se trata de un disco de tributo a los de Robert Pollard firmado por la banda compuesta por Jereme Sanborn, Matthew Cutter, Ben Penry y Joe Patterson. Pero ni lo uno ni lo otro tienen que ver con la realidad. Sí que es cierto que el influjo de GBV y su líder en este álbum resulta evidente, empezando por el hecho objetivo de que el propio Pollard se encargó de elaborar el collage que luce en su portada y de seleccionar y secuenciar su tracklist. Vamos, que Pollard ha ejercido de perfecto padrino de Joseph Airport.
Nada que objetar al respecto, ya que el grupo traslada con fidelidad tanto el modus operandi como los postulados sonoros de GBV. Así, por un lado, en “Stronger And Better” se reproduce ese pollardiano empeño por presentar el mayor número de piezas posible (hasta 25) en un chorreo estilístico que va de la psicodelia rockera al indie-rock y de los chispazos eléctricos a los tramos acústicos y reposados. Y, por otro, se desarrolla íntegramente la teoría de la baja fidelidad norteamericana iniciada a mediados de los 80 repasando también los capítulos protagonizados por Pavement o Neutral Milk Hotel. Con todo, la pega del álbum -como ha sucedido a veces en los casos de GBV y Robert Pollard en solitario- reside en que, justamente, su afán acumulativo hace que su repertorio llegue como una sucesión de bosquejos sonoros e ideas sin terminar con aspecto inconexo y sin aparente relación entre ellas.
A pesar de ello, “Stronger And Better” -editado en España en cassette limitado por el sello Mascarpone, lo que le añade más encanto- debe tomarse como una buena piedra de toque para acceder al particular universo de Joseph Airport y no dejar de seguirles la pista. [Jose A. Martínez]
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[dropcap]82%[/dropcap] FAVORS / Vesuvio Solo. Se podría decir que Vesuvio Solo nace de una feliz escisión de TOPS, una de nuestras bandas favoritas de este año que empieza a tocar a su fin. Y hablo de una escisión feliz por cuanto no sólo los mencionados TOPS han entregado una de las obras pop más perfectas de la temporada con su maravilloso “Picture You Staring” (Arbutus Records, 2014), sino porque el disco que presenta Thomas Gillies (excomponente de la banda canadiense desde 2013) con su compañero Cameron MacLean es una pequeña joya que se mueve por debajo del radar pero que crece y crece casi sin darnos cuenta, escucha tras escucha. “Favors” (Atelier Ciseaux, 2014), compuesto en rachas creativas a lo largo de tres años, es una filigrana pop de estilo indefinido aunque de corte clásico, si por clásico entendemos influencias innegablemente 80s, que bebe de un synth-pop de fuerte querencia groovy no tan alejado de las propuestas de Dev Hynes con sus Blood Orange (“Don’t Ask, Don’t Tell”) o del sonido quintaesencial de su banda anterior (“Avion”), pero también de cierto tropicalismo AOR (“Favors II”) o de un pop de cámara que juega al claroscuro emocional, como en la instrumental “18th Parellel” o en la inconmensurable y preciosa “Amy Sakamoto”.
Es verdad que, globalmente, Vesuvio Solo parecen querer alejarse de TOPS añadiendo una pincelada más de experimentación y de ocasional desnudez en su sonido, sin traicionar las coordenadas pop de guitarras cristalinas que parecen definir tanto a una como a otra banda. También es verdad que “Favors” queda un peldaño por debajo de “Picture You Staring”, si los enfrentamos en el cuerpo a cuerpo. No obstante, la propuesta del grupo de Gillies y MacLean tiene suficiente atractivo por sí misma como para no requerir de referencias a bandas hermanadas espiritualmente. Una vez más, el exquisito sello francés Atelier Ciseaux sigue construyendo paso a paso su pequeño legado en la historia del pop desde los márgenes. Con el debut de Vesuvio Solo, logran dar uno de sus pasos más importantes. À découvrir absolument. [David Martínez de la Haza]
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