Tras producir a grandes como Kanye o Lana del Rey, Emile Haynie sorprende con un temarral de la vida, «A Kiss Goodbye», que trae invitados de lujo.
A este temazo hemos llegado un poco por casualidad y por equivocación… Pero bienvenidas sean este tipo de casualidades y equivocaciones. La cuestión es que, al ver esta canción pululando por ahí, lo primero que hemos pensado es que se trataba de una novedad de Emily Haines, que además de ser la front woman de Metric tiene un par de discos en solitario repletos de baladones desnudísimos que ponen los pelitos de punta. Pero durante la escucha nos hemos dado cuenta de que no, que no es Emily Haines, sino Emile Haynie.
¿Y quién es Emile Haynie? Ni más ni menos que un productor que ya ha trabajado con gente como Kanye West (de él es culpa del sonido del maravilloso «808s & Heartbreak» (Roc-A-Fella, 2008), Lana del Rey o Bruno Mars y que, ahora, por fin, decide dar ese maravilloso salto en el que por un momentín dejas de regalarle tu genio a los demás y te lo guardas un poquito para tí. Eso sí, para la ocasión se ha dejado arropar por tres lumbreras muy tremendas: Charlotte Gainsbourg y Dev Hynes ponen los coros que abren la canción (suponemos, la verdad), mientras que Sampha es el protagonista vocal absoluto en un tramo final destinado a romper corazones.
La canción en sí no es ni una canción: arranca con unas brumas corales etéreas y pronto cede todo el protagonismo a la voz de Sampha, quien no construye una canción propiamente dicha (no hay un estribillo ni mucho menos) sino que se dedica simple y llanamente a sangrar delante de tus ojos. Así de descarnado es este tema titulado «A Kiss Goodbye» que, sin embargo, nadie sabe exactamente si formará parte de un disco de Emile Haynie o se quedará en una anécdota destinada a convertirse en puro culto. Nosotros esperamos que a esto le siga disco, porque vaya subidón (o bajón, depende de cómo se mire) que te mete en el cuerpo.