Dejamos de lado los blocbusters veraniegos para centrarnos en dos estrenos esnobistas imprescindibles: «Un Toque de Violencia» y «Las Vidas de Grace».
[dropcap]L[/dropcap]a semana pasada, en Fantastic Plastic Mag nos marcamos nuestro particular Top 10 de blockbusters veraniegos que no queríamos perdernos estas vacaciones… Y, como siempre digo, mucho hay en aquel Top de mi intención de sacarme de encima todos estos palomita-killers y no tener que ir hablando de ellos semana a semana en esta sección de cartelera. ¡Reservemos esta sección para el esnobismo ilustrado puro y duro! Así que, esta semana, remito hacia aquel Top a todos aquellos que quieran saber por qué deberían ver «Vampire Academy» y «Sex Tape«. Porque la verdad es que estos dos blockbusters hay que disfrutar en su máxima potencia (es decir: sala de extrarradio y palomitas de colores), pero por encima de ellos hay que ver otras cosas mucho más estimulantes como ese «Un Toque de Violencia» que dejó a todo el mundo con el culo torcido en el pasado Festival de Cannes 2013. Y es que, después de haberse pasado media vida explorando los intersticios poéticos entre la ficción y el documental, nadie esperaba que Jia Zhang-ke se destapara con la historia entrecruzada de varios criminales con unos ramalazos de ultra-violencia de esos que te obligan a apartar la mirada cuando menos te lo esperas. ¿La claudicación final de Zhang-ke ante la ficción definitiva? Dicen por ahí que no, que más bien es otra nueva forma de denunciar la realidad desde la ficción. Pero, como siempre, nada de lo que digamos desde la crítica preparará lo suficiente para lo delicioso de toparse por vez primera con una película de Jia Zhang-ke.
Y, si te quedas con ganas de más gasolina esnobista, esta semana tampoco debrías perderte «Las Vidas de Grace«: una joyita indie que, desde el año pasado, viene haciendo un ruido cada vez mayor a base de un intenso boca-oreja. La película de Destin Cretton aborda la vida de la Grace del título, una chica dividida entre su relación de pareja y su dedicación (¿demasiado extrema?) al trabajo, que en este caso implica pasarse la vida con todo un conjunto de chicos problemáticos a los que lo jodido de su entorno no deja salir lo bueno que llevan dentro. Aquí la pregunta es la de siempre: ¿cómo no fiarse del boca-oreja cuando siempre es mucho más verosímil que la crítica cinematográfica?