Si te enganchaste a las aventuras de la detective Sally Salinger en «Castilla Drive» de Anthony Pastor, no te puedes perder su continuación: «Caramelos Atómicos».
Cuando haces pop, ya no hay stop… Eso dicen, ¿verdad? ¡Y vamos que sí es cierto! Entendamos ese «pop» como «algo que te pilla por sorpresa y que llega hasta ti de forma como un golpe de adrenalina». Y ya se sabe lo que pasa con la adrenalina, que es súper adictiva y siempre quieres más y te la repamplinfa cómo conseguir otro chute: ¡lo importante es conseguirlo! Pues, bien, no te preocupes: si, como nosotros, te enganchaste cosa mala a aquel chute de adenalina que fue «Castilla Drive«, no vas a tener que atracar ninguna gasolinera para volver a sentir un subidón gigantesco, porque La Cúpula acaba de editar en nuestro país la continuación del cómic de Anthony Pastor, titulada «Caramelos Atómicos«. Por si eres «virgen» en lo que respecta a «Castilla Drive«, te lo explicamos en tres palabras: es una novela gráfica que adapta a la perfección el rollito de cine «polar» y, sobre todo, que presenta a un personaje (Sally Salinger) y un pueblo (Trituro) totalmente antológicos.
Así las cosas, ¿qué vamos a encontrar en «Caramelos Atómicos«? En esta segunda aventura Sally Salinger, que fue abandonada por su marido detective hace cuatro años, sigue manteniendo la agencia abierta en la parte trasera de su salón de manicura. En este tiempo, ha aprendido a disparar y simple y llanamente está esperando que los problemas aparezcan por su puerta para tirarse a la yugular como el mejor detective «polar» lo haría. Estos problemas acaban por surgir de la mano de Douglas Sweet, el nuevo propietario de la central eléctrica dividido entre sus líos de faldas y el lanzamiento de unos caramelos energéticos que están causando estragos entre la juventud. A partir de aquí, ya sabes lo que puedes encontrar: puro desparrame al estilo de Pastor que te dejará con otro «pop» mayúsculo en la boca y deseando que las aventuras de Sally Salinger no hagan stop nunca.