Dos de los componentes del grupo se conocieron cuando tocaban en un cuarteto de cuerda, y ellos son en parte la clave del sonido de la banda. Otra de las claves es que son amiguis de Disclosure y Rudimental, de los que cogen la energía fiestera y el buen hacer electrónico. Cuando me los dieron a conocer, me definieron a Clean Bandit como una mezcla entre Disclosure y The Corrs, y una reseña de mil párrafos no podría describir mejor lo que hay en «New Eyes«: violines y electrónica retozando como cachorros en el césped mojado. Suena como para llevarse las manos a la cabeza, pero de verdad que no: aquí funciona a la perfección. Es un poco kitsch, sí, pero todo el disco desprende una frescura y una jovialidad que hace que lo kitsch sume en lugar de restar. La tercera clave está en que a Clean Bandit les da rollo cantar, por eso han tirado de un montón de colaboraciones vocales que le dan lustre, esplendor, heterogeneidad y volumen al conjunto. Un puñado de nuevos nombres (de los que no soy capaz de ubicar a nadie, así, a bote pronto) que aportan a cada canción un color distinto, convirtiendo «New Eyes» en una maravillosa y colorida paleta.
Cómo no caer rendido y quedarse con una sonrisa idiota a lo «WTF??» en cuanto empieza el álbum con esa «Mozart´s House«, un delirio de violines y de música clásica pasada por un filtro de sonidicos 8 bits de la que es difícilísimo desprenderse. Puro pop sensorial para bailar dando saltitos a lo «Riverdance» y la joya del disco junto a la celebérrima «Rather Be«. Las dos caras de la misma moneda de este álbum. Porque, por un lado, «New Eyes» está preñadito de temazos bailongos y divertidos como «Come Over» (muy fan de los momentos «rompompom» que aún no sé hasta qué punto son un homenaje al «Man Down» de Rihanna… y más teniendo en cuenta que en el disco hay una canción que se llama, precisamente «Rihanna«), «Cologne» y «New Eyes«, ahí con su rapeo guapo (y la segunda con una Lizzo que suena muchísimo a Kelis). Pero también cuenta con medios tiempos maravillosos y brillantes que crecen como plantas buscando el sol en los que el grupo estruja todas las posibilidades del pop, de la electrónica y las cuerdas, como «Extraordinary» y «Up Again«.
Caleidoscópico, complejo y, sin embargo, increíblemente accesible, este «New Eyes» es de esas joyas que hay que observar a trasluz para poder ver todas sus cualidades. Una maravilla que destila genialidad desde que empieza hasta que termina a la que lo único que se le puede achacar es la inexperiencia y osadía de sus creadores. Pero todos sabemos que eso, a la larga, sólo puede acabar siendo algo bueno.