Mercedes Cebrián pone el dedo en la llaga y se pone crítica con la Marca España en «El Genuino Sabor», su primera novela editada en Random House.
La Marca España. Ese concepto que tan de moda está últimamente que a unos les provoca orgullo y a otros la risa, por no decir pura vergüencita. Esa idea que políticos y empresarios nos han querido meter en el coco a lo «Inception» para que nos sintamos orgullosos de lo que se hace en este España mía, esta España nuestra, en un momento en el que es bastante difícil decir con alegría en voz alta que eres «español». Mercedes Cebrián aborda en «El Genuino Sabor«, su primera novela publicada en Random House, el trasunto de la Marca España a caraperro y de forma directa, riéndose con ironía, poniendo el dedo en la llaga, destacando las luces y las sombras de ese querer y no poder en el que nos encontramos continuamente en este país de cara a la galería.
Y lo hace explicándonos la historia de Almudena, una chica que de pequeña admiraba a una amiga de su madre que era mujer de diplomático y que se dedicaba a ser mujer de diplomático y a sus cositas (es decir: a organizar las diferentes casas donde les tocaba vivir… y ya). Con el tiempo, Almudena afila sus ambiciones, estudia idiomas, se licencia en Filología, hace un máster en Gestión Cultural y, teniendo claro que lo que quiere es viajar, empieza a trabajar en una empresa que exporta jamón ibérico hacia el extranjero. Se instala en Londres, y su perspectiva de emigrada en contacto con las instituciones y empresas españolas en el extranjero le sirve como catalizador de esa visión a veces curiosa y a veces escandalosa que tenemos los españoles de nosotros mismos y que tienen los de fuera de nosotros. Una visión ácida como los limones de Valencia y amarga como el Pimentón de la Vera de lo que supone emigrar y ser español fuera de nuestras fronteras.