La revista Ajoblanco, faro guía de la contracultura española, protagoniza una amplia retrospectiva que se podrá ver en Madrid a partir del 28 de mayo.
Hubo un tiempo en el que el concepto «contracultura» significaba algo. Significaba estar realmente en los márgenes y ser crítico con el contexto histórico y social, meter el dedo en la llaga y proponer alternativas culturales. Si hay un elemento que define la «contracultura» española no es Alaska y los Pegamoides, sino la revista Ajoblanco: faro guía de la intelectualidad contestataria de nuestro país a lo largo de las décadas de los 70, 80 y 90.
Fueron 178 números, 28 especiales, más de veinte años ilustrando a cuatro generaciones, una detrás de otra. Eran otros tiempos, claro. Y, aunque no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor, sí es cierto que Ajoblanco fue una de las cosas más interesantes que le ha pasado a la sociedad española en los últimos tiempos. Como dice su director y fundador, Pepe Ribas, «Ajoblanco marcó un momento singular de la nueva cultura española de los años 70, inspirada en su origen por las actitudes de la contracultura norteamericana, las publicaciones underground europeas, la nueva literatura, el rock y el pensamiento libertario. Mediante los encuentros callejeros, los viajes, las convivencias comunales, los manifiestos o llamadas y la correspondencia con jóvenes de distintos lugares de España, conseguimos articular un nuevo universo alternativo, que aglutinó los sueños y las inquietudes de una generación con mitos pero sin maestros».
Ahora, el Centro Cultural Conde Duque de Madrid quiere homenajear como se merece a esta publicación fundamental en nuestra historia cultural, y sus salas 1 y 2 acogerán del 28 al 21 de septiembre la exposición «La revista Ajoblanco. Ruptura, contestación y vitalismo (1974-1999)«, una propuesta museográfica comisariada por Valentín Roma que se pasea por toda la trayectoria de la revista, desde su creación hasta su desaparición y que cuenta con material inédito, reportajes, documentos y testimonios de sus propios protagonistas. La muestra se completará con un ciclo de charlas y debates gratuitos que tendrán lugar entre el 28 de mayo y el 19 de junio. Una exposición que, en estos tiempos que corren, viene más al pelo que nunca porque parte de su intención es recordar que hubo un momento en el que existían almas disidentes e inconformistas que encendieron la mecha pero desde la intelectualidad y la cultura, proponiendo una revolución culta y lúdica. No estaría de más que los tomáramos como el buen ejemplo que fueron.