Jeremih y DJ Mustard unen fuerzas en «Don’t Tell ‘Em», un tema que se pega cosa mala… Será por eso de que suena a noventas y a puro Snap!
Tenemos que reconocer que empezamos a perder la comba de todos los nuevos cachorros del nu-r&b que salen semana sí semana también con algún presumible hit bajo el brazo… No es el caso de Jeremih: a este hombre lo tenemos bien controladito. Y, de hecho, seguimos esperando a que este niño que lleva un buen tiempo currándose unas pintas metrosexualas to the max para opositar a heredero natural de Kanye West (le falta buscarse una esposa hobbit como Kim) edite la canción definitiva que vapulee a sus contrincantes. Que conste que seguimos esperando, pero no podíamos dejar pasar la oportunidad de hablar de su último movimiento por dos motivos: para empezar, porque se engancha cosa mala; y, para acabar, porque viene con una de esas coartadas nostálgicas que hará que muchos suelten una lagrimita de morriña mientras las nuevas generaciones se preguntan pero qué invento es esto.
Vayamos por partes, porque en este tema titulado «Don’t Tell ‘Em» consta tanta gente en los créditos que resulta complicado abrirse paso a través de ellos. Para empezar, la producción de la canción y la idea de rendir homenaje a uno de los hits incontestables de principios de los 90 corre a cargo de DJ Mustard y de Mick Shultz. Aunque está claro que el que va a cosechar los aplausos va a ser Jeremih, por eso de que él pone la voz y el nombre a este tema que viene con un rapeado infeccioso de YG (otro colaborador habitual de DJ Mustard). Y ahora vamos a lo que toca, que es desvelar de dónde brota la melancolía a la que no dejamos de referirnos: la cuestión es que «Don’t Tell ‘Em» viene a revisitar el mítico «Rhythm is a Dancer» de Snap! Esto debería ser motivo suficiente para darle una escucha… Pero es que, además, tal y como hemos comentado más arriba, la canción de marras se engancha cosa mala. Avisados quedáis.