En la cartelera de esta semana brilla una producción española: «10.000 Km», retrato de una relación a distancia con dos portátiles como cordón umbilical.
[dropcap]M[/dropcap]uchas gilipolleces se han dicho al respeto de «Her«, esa película de Spike Jonze en la que muchos han querido ver una revolucionaria visión del futuro que nos espera (cuando, oye, si te lo paras a pensar, no es tan revolucionario y tiene un exceso de azúcar de aquí no te menees). Si me viene a la cabeza la tontada con la voz de la Johansson es porque (siempre hablando desde la subjetividad pura y dura) aquello me pareció una chorrada y, sin embargo, el punto de partida de «10.000 Km» me seduce desde el minuto cero. Más que ofrecer una visión ñoña y simplista del futuro, el director Carlos Marques-Marcet toma una herida abierta del presente que tampoco es que se esté abordando lo suficiente en la cultura contemporánea (el único exponente brillante que se me ocurre ahora mismo es un fragmento en la infravalorada y muy elocuente «Puzzle Love«): «10.000 Km» retrata una relación de pareja a distancia, con 10.000 kms de distancia para ser más concretos. El cordón umbilical que une a los personajes interpretados por Natalia Tena (la Osha de «Juego de Tronos«) y David Verdaguer (quien no entiendo por qué no es uno de los nuevos galanes masivos del cine patrio, porque madera no le falta) es un ordenador… Estas escasas pistas ya deberían hacer más interesante para cualquiera el film de Marques-Marcet que aquel otro con una Siri con voz de cazallera. Pero ya se sabe que para gustos, los colores.
Donde no hay espacio para el equívoco es en «Nueva Vida en Nueva York«. Aquí las cosas son simples: si te molaron «Una Casa de Locos» y «Las Muñecas Rusas«, el nuevo film de Cédric Klapisch te volverá a atrapar. Básicamente, porque continúa con la historia de aquel Xavier interpretado por Romain Duris que, en esta ocasión, ya es un cuarentón con dos hijos que debe afrontar una mudanza (por amor) hasta Nueva York. Una buena ración de cambios en una época de la vida, al adulta, que ya no es tan permeable con los cambios. Comedia asegurada.
Y, como tercer destacado esta semana, seguimos con Nueva York en el título. «Welcome to New York» es la nueva película de Abel Ferrara: un retrato nada complaciente del auge y la caída de Dominique Strauss-Khan (intrepretado por Gerard Depardieu), director del Fondo Monetario Internacional. Aquí la ecuación está más que clara: Ferrara + Strauss-Khan + Depardieu = frikismo asegurado.