¿Sabes cuál es el único animal que no se tira pedos? Entrevistamos a Ángel Naut, la Wikipedia Humana, y hablamos con él de su paso por «Un Príncipe para Laura».
[dropcap]»S[/dropcap]i tienes que irte, que sea con una sonrisa«. Ángel Naut se despidió hace una semana de «Un Príncipe Para Laura» con la cita de un supervillano, pero se fue del programa como todo un Señor. Un Señor de metro noventa, frondosa barba y aficiones de lo más variadas (a los cómics, al cine, a la literatura fantástica, a la lucha libre…) que en la redacción de Fantastic Plastic Mag provocó admiración y adoración desde el primer momento en que apareció en pantalla con su máscara de luchador y un traje (de Hugo Boss) en azul tornasolado. Sí, en esta casa somos fans de Ángel Carmona Humet, al que todos conocéis por su nombre de guerra que mezcla nombre de pila y personaje comiquero/mitológico (el Juggernaut) y que no tiene nada que ver con Enrique Anaut de «Operación Triunfo«.
Y, oye, nos tocó un poco las narices que Laura lo echara tan pronto. «Somos opuestos«, le dijo. Y vive Dior que lo son: ella, una dulzura poshy mallorquina de 21 primaveras, él un vikingo de 35 años que practica la lucha libre… Podríamos haber tenido una historia a lo «Bella y Bestia son», pero la Princesa cambió al Guerrero por Pablo «el Surfero», un equivalente en bajito, gallego y con jersei de punto gordo del Príncipe Encantador que volvió al Principado de Cuatro sobre una tabla de surf y con ración doble de suavizante para el pelo. Too bad.
Total, sabiendo que Ángel es vecino nuestro, no dudamos en contactar con él para que nos contara cosillas de su paso por el programa y para ver de cerca cómo es el Hombre Detrás de la Máscara (de lucha libre, se entiende). Curiosamente, no me costó nada contactar con él. Pensaba que sería más complicado, que a lo mejor había que contactarle por vías más, digamos, oficiales. Pero fue tan sencillo como mandarle un mensaje de Facebook a su cuenta personal que me facilitaron desde SWA Spain, la Federación de Lucha Libre a la que pertenece (¡desde aquí les doy las gracias por ser tan majos y rápidos!).Quedar con él fue rápido y fácil, y eso que esa misma semana «le ponían un agente«… Aunque no tenía mucha de idea de para qué.
¿Y cómo es Ángel Naut en las distancias cortas? Pues tan alto como aparenta, aunque tengo malas noticias para sus fans osunos (que los tiene, y no pocos): se ha quitado la barba. Su amigo Lo Perico Enmascarat (esa bestia televisiva que inundó el quinto programa de azul y blanco y que le robó todo el protagonismo) nos vendió que era porque estaba afectadísimo por la eliminación del programa y resulta que no, que es por curro: Ángel trabaja de cocinero tres días por semana en el restaurante Ramen Can de Barcelona.
Decía que Ángel se fue como un Señor. Un señor un poco sorprendido, eso sí, porque ese «¿para mí?» que se le escapó cuando Laura le entregó la calabaza sonaba a perplejidad absoluta. La prueba definitiva de que, a pesar de lo que muchos piensan y critican, en el reality ennoviador de Cuatro no hay actores. O, por lo menos, actores realmente profesionales. «Yo en el cole no pasé de ser «Arbol número 2» en la obra escolar… Lo único que te puedo decir es que el montaje es muy creativo«, me dice cuando le pregunto sobre el tema. ¡Aaah! El «famoso» montaje creativo de los Príncipes de Cuatro. Me lo dice con sorpresa. Pero, chico, ¿es que no viste la primera temporada?, le pregunto. Y me dice que qué va. ¿Y como te dio por meterte en tremendo berenjenal? Responde que por probar: «Hace poco fui a China a luchar. Quizá no era lo mas adecuado, porque al final la experiencia fue bastante así así, pero ya sólo por ir y decir que he estado en China luchando mereció la pena. Pues lo mismo con el programa: ahora puedo decir que he estado en un programa de la tele«. Algo que nunca se había planteado pero, mira, ahí estuvo: en Madeira cinco programas, sacándoles tres cabezas al resto de nerds escuchimizaos. Y, cuando le comento esto, me dice que ojo, que Gonzalo «el Matemático», está bastante mazas. Y no de hacer cubos de Rubick, precisamente.