Dos años pueden parecer poco en el contexto de una vida entera. Pero, mirándolos como a una pequeña unidad, pueden dar mucho de sí… Y esto es, precisamente, lo que pasa si revisamos la carrera de Los Claveles. Desde 2012 no teníamos una referencia suya («Mesetario» -Gramaciones Grabofónicas, 2012-) y apenas pudimos disfrutar de sus directos, lo que en los últimos meses nos llevó a plantearnos cuestiones como una posible disolución de la banda. Sin embargo, justo en el momento crítico llegó «Estación Sur de Autobuses» calmando los ánimos y augurando la llegada de un nuevo y más que esperado EP: «Ojos» (Gramaciones Grabofónicas, 2014). Este ha sido grabado en el ya conocido Studio B de Bernardo Cavolo y posteriormente masterizado por ellos mismos junto con la colaboración de Ramón Moreira en los Estudios DGR Sónica. En esta ocasión, siguen siendo fieles tanto a su sello de confianza Gramaciones Grabofónicas como a Sonido Muchacho, pero hasta ahí podemos leer, porque los cambios acontecidos en estos veinticuatro meses de inactividad son más que notables, siendo el principal de ellos la crítica transformación de los componentes del grupo. Del conjunto que nos presentó su anterior álbum sólo queda Marcos Rojas, líder indiscutible que hace las veces de una sólida columna vertebral que ha servido de soporte a un barco que en varias ocasiones ha estado a punto de hundirse, y esta vez aparece flanqueado por Arturo y Luis, miembros también de Juventud Juché.
«Estación Sur de Autobuses» es la encargada de dar comienzo a estos diez minutos de música e, incluso sin escucharla, podemos comenzar a sentir cierto regocijo y simpatía si nosotros mismos también somos habituales de la estación de autobús de Méndez Álvaro y los servicios de Alsa. El tema está inspirado en un hecho presenciado por Marcos en este lugar: el robo de una maleta cometido por un hombre de origen rumano al hijo de una señora que iba a Gandía a ver la playa por primera vez, y la consecuente poker face de la susodicha ante tal desastre. Desde el comienzo, la familiaridad de los sucesos que narra la letra nos hará sonreír, y nos sorprenderá cómo a raíz de un hurto maletil el tema acaba convirtiéndose en una oda a la soledad («Pero lo que yo quiero es escapar de una vez, / Alsa me llevará por toda España / Y en el último banco de la estación / pálido y con ojeras te espero.»). Musicalmente, podemos reconocer la esencia de Los Claveles, siempre apoyada en el ruido, la distorsión y una batería de presencia inagotable. Podemos destacar la aportación al relleno armónico de un organillo que queda que ni pintado.
«Ylayali«, nombre de una princesa que vive en la ficción de la novela «Hambre» de Knut Hamsun, es una pequeña repesca perteneciente a la primera maqueta y el primer tema que los nuevos claveles tocaron juntos. Esta fresca versión presenta una considerable mejora en la percusión, así como en unas guitarras más potentes y con una presencia indiscutible, cosa que no seria rara en un tema nuevo dentro del estilo ya consolidado de la banda pero que en sus inicios todavía no estaba desarrollado. Sin duda alguna, no hay color entre esta versión y la original de 2009: puede que rescatar temas del pasado no sea siempre una buena idea, pero en esta ocasión han dado en el clavo. Con «Ojos» se hace una pequeña incursión en la sonoridad country, dejando la vía abierta para poderse lucir en formato acústico. La melancolía que destila el acompañamiento del teclado y los momentos en el que éste hace acto de presencia están elegidos a la perfección y, una vez más, la letra nos enamora con unas frases lapidarias muy aplicables a nuestras propias experiencias.
Por último, «En un País de Contrastes» comienza con un audaz punteo y una batería galopante, siendo este motivo el mismo que termina el tema dándole cierta estructura circular y una sensación de plenitud. Nos saca a la fuerza de la ensimismación en la que nos había sumido «Ojos» y, de hecho, podemos decir que es su polo opuesto, ya que si «Ojos» era la representación de las rumiaciones, del autocompadecerse y de tirar piedras a nuestros propios puntos débiles sentimentales, esta se identifica con la autoafirmación, el mirar hacia delante y no dejarse pisar. Vamos, lo que viene siendo poner el punto y final de una forma soberbia.
Tal vez la brevedad del formato EP de «Ojos» no satisfaga los deseos y la necesidad de algunos oyentes, pero lo cierto es que los cuatro temas que lo forman saben a gloria y quitan casi toda la morriña y nostalgia que teníamos puestas en este conjunto de dianthus caryophyllus.