[dropcap]“A[/dropcap]ttack On Memory” (Carpark, 2012) fue un álbum revelador dentro de la fulgurante trayectoria de Cloud Nothings. Conocidos en sus comienzos por modelar los materiales del pop y del rock según manuales (literalmente) caseros, aquel trabajo supuso para Dylan Baldi y los suyos dar el esperado gran salto hacia adelante propulsados por la catapulta del indie-rock pétreo de pura cepa norteamericana y filiación hardcore. Probablemente, ese estilo era el que palpitaba verdaderamente en el corazón de Baldi, con el que más se identificaba y con el que más cómodo se sentía, y no el pop lo-fi que había definido sus dos primeros trabajos. Ese hecho se trasladó con fidelidad a su grupo, decidido a crecer con el acelerador bien apretado y la sexta marcha activada. Seguro que Steve Albini, productor de “Attack On Memory”, otorgó a Cloud Nothings la confianza necesaria para lograrlo; aunque su presencia, al fin y al cabo, no fue tan determinante para que se materializara el gran cambio sonoro ideado por la banda. El propio Baldi confesó en su momento que la experiencia con el maestro Albini había sido positiva… pero no tan mágica como era de esperar.
Como Baldi nunca ha publicado los diarios de aquella grabación, habrá que inferir que, efectivamente, Cloud Nothings no precisaban de ninguna ayuda externa para tener clara la dirección a seguir -sin desdeñar los sabios consejos de Albini, lógicamente-. Su nueva obra, “Here And Nowhere Else” (Carpark, 2014), lo refrenda al cerrar la fase de transición abierta en “Attack On Memory” y funcionar como una continuación natural de su predecesor -incluso repite su esquema: siete temas concisos y uno extenso que sirve para hacer malabarismos eléctricos- registrada bajo la atenta supervisión de otro reputado productor: John Congleton, veterano de guerra conocido por su colaboración con conjuntos como The Thermals o The Dismemberment Plan -entre otros muchos de diverso pelaje-, dos nombres que ofrecen una idea de por dónde van los tiros del cuarto LP de los de Cleveland. Aunque Dylan Baldi ya había avisado antes de que sus nuevas canciones salieran a la luz de que serían “más ruidosas, menos melódicas y menos directas”.
Nuestro hombre no mentía… en parte. Sí, el repertorio de “Here And Nowhere Else” rezuma ruido por sus cuatro costados, derivado tanto del noise como del rock académico; pero en su interior guarda unas formas melódicas reconocibles -a veces cercanas al punk-pop- que recuerdan que una de las virtudes de Cloud Nothings siempre ha sido crear tonadas adhesivas convenientemente galvanizadas. A la descripción esbozada hay que añadir unas letras interpretadas con tensión e intensidad cuasi post-adolescente para que cualquier oyente apasionado repita cada frase a pleno pulmón. En ese sentido, Dylan Baldi es un consumado especialista en convertir cada tema en un cartucho de dinamita que explota cuando alcanza el estribillo. El inicio arrollador de “Here And Nowhere Else” lo constata a través de una tripleta inapelable: “Now Hear In”, “Quieter Today” y la engañosa “Psychic Trauma”, que arranca con tranquilidad emo-rock para luego entrar en erupción impulsada por la rabia vocal de un Baldi desbocado.
Cada corte mencionado enseña, a la vez, las cartas instrumentales que suelen poner sobre la mesa con pericia los Cloud Nothings contemporáneos: riffs guitarreros de dureza y resplandor diamantinos, ritmos veloces, golpes de batería implacables y líneas de bajo que percuten como gotas chinas. Esta combinación se desarrolla sin respiro y transcurre como una exhalación -aunque sin dar la sensación de avanzar a piñón fijo- hasta llegar a “Pattern Walks” -canción gemela de la pasada “Wasted Days”-, en la que Baldi y amigos despliegan todas sus armas de destrucción sónica a lo largo de más de siete minutos. La guinda del pastel la coloca en el cierre el single “I’m Not Part Of Me”, que vuelve sobre los pasos del indie-rock tradicional y el hardcore melódico haciendo guiños tanto a Guided By Voices como a Fugazi. Dos referencias que delimitan adecuadamente el carácter de Cloud Nothings, por mucho que algunos, cumplido el 20 aniversario de la muerte de Kurt Cobain, se empeñen en ver a los de Cleveland como la banda disfrazada de Nirvana que puede alimentar un revival grunge que no acaba de cuajar. El destino de Cloud Nothings no se reduce a liderar ninguna post-etiqueta agotada, sino a conquistar otras metas mayores y con más sentido.
Vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=74TP8QhupLU