El 62 Festival de San Sebastián ya ha anunciado uno de sus ciclos muy importantes para este año: «Eastern Promises. Retrato de Europa del Este en 50 películas».
Como cada año, el Festival de San Sebastián por fin ha empezado a dar señales de vida… Y, oye, cuando hablamos de esos pequeños-grandes festivales que tanto nos gustan, es fácil abarcarlos de principio a fin. Pero, cuando se trata de certámenes tan gigantescos como este, se hace un poco más difícil seguirle la pista. Es como un animalillo que se despierta al llegar la primavera y que tiene un subidón de adrenalina de esos que te impiden verlo con claridad: sólo puedes seguir su estela. Pues lo dicho: en esas estamos con el 62 Festival de San Sebastián, que en las últimas semanas ha empezado a publicar muchas de novedades y, francamente, resulta imposible seguirles el ritmo. Nos quedamos, por ahora, con el ciclo que el certamen dedicará a las producciones más icónicas de la cinematografía reciente de Europa del Este bajo el nombre de «Eastern Promises. Retrato de Europa del Este en 50 películas«.
Y, bueno, el nombre del ciclo explica su contenido bastante bien, ¿verdad? Coincidiendo con el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín, la finalidad de este grupo de películas será arrojar una valiosa panorámica del cine de último cuño en aquellos países de Europa del Este que estuvieron regidos por la influencia soviética. Durante los días del Festival de San Sebastián podrán verse cintas como «En Tierra de Nadie» (Danis Tanovic), «The Blacks» (Goran Dević y Zvonimir Jurić), «Children of Sarajevo» (Aida Begic), «The Parade» (Srđan Dragojević; en la foto), «How I Killed a Saint» (Teona Strugar Mitevska), «The Temptation of St. Tony» (Veiko Õunpuu), «Cooking History» (Peter Kerekes), «The Wild Bees» (Bohdan Sláma), «Hukkle» (György Pálfi), «La Muerte del señor Lazarescu» (Cristi Puiu), «12:08 al Este de Bucarest» (Corneliu Porumboiu) o «Panihida» (Ana-Felicia Scutelnicu y Tito Molina). Y, señores y señoras, esto es sólo el principio: el animalillo (o más bien animalazo) del Festival de San Sebastián ya se ha despertado y no hay quien lo pare.