Mishima dejan escuchar cómo suena su nuevo álbum «L’Ànsia Que Cura» con dos temas que sientan como un reencuentro con un antiguo amante: «Llepar-te» y «Mentre Floreixen Les Flors».
Mishima es una de esas bandas que ya van rodadas… Cuando tienen nuevo disco, cuando lanzan nuevas canciones, ya no hace falta dedicar párrafos y párrafos a explicar quiénes son, de dónde vienen y hacia dónde van. Lo único que hay que hacer es abrir las orejas y prepararse a jugar con ellos como jugarías con un amante al que haces tiempo que no ves: indudablemente, vas a prestar mucha atención a los cambios de su cuerpo, a los cambios en la forma en la que juega con tu cuerpo, pero al fin y al cabo sabes que habrá una cosa que no cambiará pase lo que pase, y esa cosa es el placer que te va a proporcionar. Y en esas estamos con «L’Ànsia Que Cura» (Warner, 2014), un séptimo disco que Mishima han decidido vertebrar con una temática ambiciosa pero infinitamente dulce: el paraíso.
Las dos canciones con las que dieron a conocer por dónde irían los tiros de «L’Ànsia Que Cura» se hicieron públicas hace ya algunas semanas… Pero ya sabéis lo que se dice: nunca es tarde si la dicha es buena. Y, en este caso, la dicha es buena. Buenísima. Tan buena como «Llepar-te» (es decir: «lamerte» en catalán), un tema en el que los de David Carabén hablan del amor físico utilizando una instrumentación que transita desde la rotundidad sexual de las trompetas hasta las caricias amorosas del estribillo. Por su parte, «Mentre Floreixen Les Flors» suena a subidón amoroso, a escalofrío en la espina dorsal al ver a la persona amada… Pero esto es lo que pasa cuando todos los miembros de Mishima se juntan en el mismo estudio y tocan a la vez, ya que esta es la metodología que han seguido para «L’Ànsia Que Cura«. Sea como sea, el disco ya está a la venta. Así que si quieres reencontrarte con este antiguo amante, no hay excusas que valgan.