La historia de amor entre Steven Spielberg y «Ghost in the Shell» tiene tanta solera (o más todavía) que la de James Cameron y «Alita. Ángel de Combate«. Ambos realizadores llevan siglos ya no sólo detrás de los derechos de ambos mangas, sino también de ver cómo ambas obras se transforman en blockbusters absolutos capaces de romper las taquillas de medio mundo. Aun así, parece que sus objetivos se les resistían… Y que, al final, Spielberg será el primero en llevarse el gato (o el «ghost») al agua. Estos días, Dreamworks han anunciado alegremente que el proyecto de adaptar el manga «Ghost in the Shell«, publicado en 1989 por Masamune Shirow (un hombre que nunca llegaría a estar a la altura de esta obra maestra), va comino de convertirse en una película de acción real y que ya incluso tiene director confirmado. El «afortunado» (o no) será Rupert Sanders, que también fue el encargado hace poco de ponerse al frente de «Blancanieves y La Leyenda del Cazador«.
Ante esta tarea colosal, Rupert tendrá no sólo el respaldo de Dreamworks, sino también la ayuda en el guión de William Wheeler. Y es inevitable pensar que el director necesitará cuanta más ayuda mejor para adaptar un manga complejo en su visión tecnócrata de un futuro próximo que ya no es tan futuro y es más bien presente. El manga de Shirow se centraba en la figura del cyborg (con tetas) Makoto Kusanagi y su persecución de todo un conjunto de crímenes tecnológicos que en su momento fascinaron porque anticiparon todo lo que vendría después en el mundo virtual. Pero, llegados a este punto de nuestra existencia virtual, ¿se dedicarán Rupert y Wheeler a adaptar el manga original o lo pondrán al día? ¿Serán capaces de alcanzar la complejidad del original? Tarea más que difícil, la verdad.