Este año nos hemos lanzado a la piscina. Big time. Si hasta el año pasado nuestra lista de las mejores películas incluía un total de 20 títulos, en esta ocasión aumentamos ese rango no hasta 25 (que hubiera sido lo normal y sensato), sino hasta 30 films que nos parecen imprescindibles para definir este año 2013 que acabamos de dejar atrás. ¿Significa esto que ha sido un año particularmente prolífico? Puede que sí, o puede que simple y llanamente cada vez le demos más importancia al cine en nuestra web. Sea por lo que sea, nos alegra ver que nuestro Top 30 tiene absolutamente de todo: esnobismo ilustrado (¡evidentemente!) enfrentado a terror palomitero, cine español por encima de supuestas grandes obras internacionales… Y, sobre todo, un número 1 que se estrenó a principios de año y que tiene más mérito todavía por haber llegado hasta el mes de diciembre impertérrito, sin que se le mueva un pelo en el podio. ¿Necesitas más pistas para saber cuál es nuestro número 1?
30. LA PLAGA / Neus Ballús. Más que una clausura, lo de “La Plaga” fue el broche de oro ideal para un festival como el D’A. En el turno de preguntas y respuestas que siguió a su exhibición, la directora afirmaba que esta no es una película sobre la crisis actual, sino más bien sobre esas zonas periféricas en las que la crisis siempre ha existido como una constante. Sea como sea, es innegable el poderío de Ballús a la hora de tomarle el pulso a la crisis (a cualquier crisis) como ese verano eterno y desasosegante que ahoga a todo un grupo de personajes que no realiza sobre-esfuerzos por sobrevivir porque, básicamente, viven habituados al esfuerzo y al desamparo. Finalmente, el espectador podría interpretar la lluvia como una redención, un escape, una posibilidad de mejoría… Pero un epílogo entre pesimista y esperanzado matiza las conclusiones apresuradas. Como la vida misma. [Raül De Tena]
29. KEEP THE LIGHTS ON / Ira Sachs. «Keep The Lights On» es una de esas extrañas películas-flor que disfrutas en diferentes fases de su crecimiento… Para empezar, si llegas hasta ella de forma completamente virgen (que es lo que me ocurrió a mí), lo que vas a encontrar es nuevo cine queer en su máximo esplendor: ese cine queer que se aleja de clichés y que opta por la naturalidad como principal arma de normalización. Eso no quita que el film de Ira Sachs sea un drama intenso y doliente que, además, también viene a circunscribirse en otras tendencias del cine cotemporaneo: la defenestración del final feliz como imperativo de la industria cinematográfica y la voluntad de explorar los pliegues más oscuros de toda relación amorosa. El cuento de hadas hace tiempo que se acabó, y «Keep The Lights On» es uno de los relatos que mejor sabe tomarle el pulso al nuevo romanticismo, a un romanticismo real con cargas de sombra. Pero es que, además, la película-flor de Sachs se abre del todo en una segunda lectura totalmente sorprendente donde realidad y ficción se trenzan de forma ambigua, donde resulta estimulante jugar a reconocer qué es inventado y qué forma parte de la biografía del realizador. Dos pistas: si quieres entender del todo «Keep The Lights On«, no estaría de más que vieras «In Search of Avery Willard» (documental producido por Sachs) y que leyeras «Portrait of an Addict as a Young Man» de Bill Clegg (que es la persona que inspira al amante del protagonista). Y hasta aquí puedo leer. [Raül De Tena]
28. 3 BODAS DE MÁS / Javier Ruiz Caldera. No andamos sobrados de buenas comedias en nuestro cine. Por eso, cuando llega un joyote de los quilates de «3 Bodas De Más» hay que darle el reconocimiento que merece. Y un reconocimiento sincero, además; no la condescendencia con la que se suele tratar todo lo que se produce en cine en nuestro país. Javier Ruiz Caldera parece estar especializándose en importar los elementos de la comedia anglosajona (especialmente la nueva comedia americana a lo Factoría Apatow, pero también con algún guiño a la comedia ochentera, como hiciera en «Promoción Fantasma«) y adaptarlos a la idiosincrasia española. En su nueva película y con la ayuda de Pablo Alén y Leixo Corral, crea una suerte de Bridget Jones bióloga a la española encarnada por una estupendísima (y adorable por todos sus poros) Inma Cuesta. Es cierto que a la película se le ve mucho el plumero, y más todavía las referencias (es un mixmax de «Cuatro Bodas y Un Funeral«, «Bridget Jones» y «Bridesmaids«), pero es tan divertida que casi que se le perdona. El punto de partida es estupendo (la romántica loser que tiene que enfrentarse a las bodas de tres de sus ex, uno de ellos con cambio de sexo incluido) y la trama aguanta los lugares comunes de este tipo de películas con sus clichés y sus tics. Caldera y compañía le añaden una buena dosis de mala leche y les queda una comedia apañada y divertidísima en la que ni Paco León haciendo el mismo papel foreverandnever está mal. Pensaba que las buenas comedias españolas eran como los unicornios, pero las tres bodas de Caldera han demostrado que aún hay esperanza e ideas para hacer cosas interesantes. ¡Bravo por ello! [Estela Cebrián]
27. SISTER / Ursula Meier. Más allá del twist sorprendente al que el espectador es inducido mediante la traducción al inglés del título original, “L’Enfant d’en Haut“, es necesario alabar la capacidad de Ursula Meier para hablar de la crisis global a partir del caso concreto. En “Sister“, la picaresca de un niño que se gana la vida robando material técnico en unas pistas de esquí para revenderlo podría trocarse en una tragedia griega si hubiera caído en las manos de los primeros Dardenne. El tono, sin embargo, tiene mucho más que ver con “El Niño de la Bicicleta“: “Sister” supura un humor cálido y envolvente capaz de hacerte olvidar por unos instantes la situación tan jodida que viven sus protagonistas. La situación tan jodida que vivimos todos. [Raül De Tena]
26. EN OTRO PAÍS / Hong Sang-soo. Puede que al cine de Hong Sang-soo se le critique habitualmente su recurrencia temática y de tono, su reiteración en ideas y tics que al principio fascinan pero que pueden acabar por desenamorar por la vía de la sobrexposición. Precisamente por eso es necesario prestarle mucha atención a «En Otro País»: en este film, que bien podría entenderse como una carta de amor a Isabelle Huppert, el director se dedica a disolver las constantes de su cine en un formato sorprendente y, sobre todo, libre hasta decir basta. Al principio, el hecho de que la Huppert interprete a tres mujeres diferentes que se alojan en el mismo lugar en tres estancias consecutivas provoca desconcierto en el espectador. Pero, una vez entras en este juego de dulce transgresión de esa norma no escrita que dice que un actor sólo puede interpretar un papel por película (a no ser que se entregue a un intenso proceso de caracterización), «En Otro País» se revela como una barra libre de emoción cinematográfica pura: las conversaciones y las escenas se acumulan unas sobre otras como hipnóticos palimpsestos, demostrando que una misma frase puede tener diferentes implicaciones dependiendo de sus circunstancias. Como un «Rashomon» posmoderno e infinitamente más cachondo. [Raül De Tena]