Poca presentación se necesita a estas alturas con Mogwai, una banda que ya hace unos cuantos años alcanzó merecidamente un estatus de culto ya no sólo entre los seguidores del post-rock, sino entre casi cualquier simpatizante de la música británica en general. Cuando iniciaron su carrera hace diecisiete años, seguramente ni ellos hubieran podido imaginar que su música, a priori más bien apta para públicos bastante minoritarios, alcanzara cotas de popularidad tan elevadas, hasta el punto de que medios de primera línea como The Guardian les dediquen una atención que desde luego resulta inusitada en este tipo de género. Si tuviéramos que marcar un punto de inflexión en su carrera, muy posiblemente lo situaríamos en su anterior álbum, un «Hardcore Will Never Die, But You Will» (SubPop, 2011) que, como ya comentamos en esta misma web en su día, nos venía a ofrecer unos Mogwai que, por primera vez en su carrera, miraban hacia el futuro, tratando de evolucionar y empezando a introducir tímidas voces y sintetizadores en sus composiciones. Por supuesto, aquel álbum también integraba temas al más puro estilo de los escoceses: esas clásicas largas construcciones de épica instrumental que suelen acabar por erizarle a uno el vello. Se trataba, en definitiva, de buscar un equilibrio entre su vertiente más tradicional y un deseo por explorar nuevos terrenos, saliéndose, en cierto modo, de su zona de confort.
«Rave Tapes» (SubPop, 2014), el octavo disco de estudio de la banda liderada por Braithwaite, viene a seguir un poco con esta línea evolutiva establecida por los de Glasgow hace un par de años. «Heard About You Last Night» se encarga de abrir el álbum de manera brillante, reduciendo al mínimo el tiempo requerido por el oyente para identificar que se encuentra ante un nuevo trabajo de Mogwai. «Simon Ferocious» y «Remurdered» se mueven, sin embargo, en esa nueva versión suya en la que los sintetizadores ganan en importancia y se presentan no como un sustituto, sino como un complemento de las omnipresentes seis cuerdas. Sea como sea, son temas que funcionan y que proporcionan la sensación de crecer en un hipotético directo. Pasando el ecuador del disco, nos topamos con «Master Card» y «Deesh«, una pareja de cortes que, en este caso, nos remiten a la versión más cruda del grupo, aquella en la que los riffs se solapan una por encima de otro y que terminan por inventar una maraña sónica cercana a un metal melódico, que dicho sea de paso siempre ha tenido cabida en las anteriores composiciones de los escoceses.
Por último, y para cerrar el álbum, en «The Lord is Out of Control» nos volvemos a encontrar con esas voces industriales pasadas por un vocoder que ya tuvieron su cuota de participación en su anterior trabajo y que viene a aclarar eso que uno se sospecha a lo largo de la reproducción de este «Rave Tapes«: se trata de un trabajo que, siguiendo la línea de todo lo previamente comentado, continúa el trayecto que los escoceses iniciaron en «Hardcore Will Never Die But You Will«, tratando de ensanchar las fronteras de uno de los géneros tabús a la hora de hablar de evolución. Punto a favor de Mogwai en su particular camino hacia el olimpo de la música británica contemporánea y otro trabajo más para una equilibrada discografía que a día de hoy, empezando el 2014, no conoce una referencia que baje del notable.