La actualidad nunca ha sido un buen caldo de cultivo para la literatura: se necesita un tiempo refractario para interiorizar lo que está ocurriendo antes de que alguien con dos dedos de frente se atreva a escribir sobre ello (o, al menos, pretenda hacerlo de forma acertada y relevante). Y si no fuera porque a Teddy Wayne le han coronado tanto desde la crítica como desde el público, cualquiera podría pensar que es un insensato por atreverse con la figura de Justin Bieber en su segundo libro, «La Canción de Amor de Jonny Valentine«, que sin lugar a dudas fue una de las publicaciones más determinantes del 2013 en EEUU y que va camino de alcanzar el mismo estatus en nuestro país gracias a la edición de (¡cómo no!) Blackie Books. Eso sí, que nadie se piense que esto es una biografía autorizada o, mucho mejor, una biografía no autorizada, porque «La Canción de Amor de Jonny Valentine» es ficción pura y dura.
El libro se pega a la nuca de Jonny Valentine para explicar su historia, la de un niño que, de un día a otro, pasa de colgar sus vídeos en YouTube a triunfar lo más grande, llenar estadios y verse agasajado por prensa y fans de diverso pelaje. En este crecimiento como artista de tan solo once años juega un papel de vital importancia la madre de Jonny, una cajera de supermercado que de pronto se ve en el sobradísimo papel de manager de un ídolo de masas juveniles y no tan juveniles. Y aunque lo más fácil pudiera haber sido que Wayne se dejara llevar por el sardonismo a la hora de abordar esta situación, al final resulta que «La Canción de Amor de Jonny Valentine» destaca por mostrarnos las sombras en este mito de un cristal sumamente frágil: puede que todas sus fans le amen, pero Valentine es un niño que no conoce el amor; puede que su hoja de promo diga que le gusta hacer feliz a sus fans, pero lo que verdaderamente le gusta es jugar a la consola (y lo que realmente le gustaría, por otra parte, es poder masturbarse en paz de una vez por todas). Ni biografía autorizada ni biografía no autorizada: «La Canción de Amor de Jonny Valentine» es mejor de lo que nunca pudieras esperar.