Parece que una de las grandes luchas de este siglo, tanto en la esfera real como en la virtual, es reivindicar que la cultura es de todos, que ha de ser accesible y no tarifada con unos impuestos que la hagan exclusiva de la élite que pueda permitírsela. En el camino, sin embargo, parecemos olvidar que cultura no es igual a entretenimiento: parece que aquí digamos que la música y el cine y los libros han de ser accesibles, pero nos olvidamos de otras áreas que también necesitan salir de sus propios claustros elitistas y llegar a cuanta más masa de gente mejor. Como, por ejemplo, el arte. Suerte que iniciativas como Mirilla se lo están currando a base de bien a la hora de mostrar al mundo que otro arte es posible, y que ese otro arte bien puede estar al alcance de todos los bolsillos.
Pero empecemos por el principio: surgida de la mente -y el esfuerzo colosal- de Rosa Carballés Tello (historiadora del arte) y Maria Castells Olivella (periodista y fotógrafa), Mirilla es, en palabras de sus propias creadoras, «una galería de arte online donde podréis encontrar piezas de artistas jóvenes a precios para todos los bolsillos. Disponemos de obra de autor, original o numerada, sobre papel o cualquier otro material, así como fotografía y escultura pequeña a precios asequibles«. Arrancaron el pasado mes de noviembre con una treintena de artistas y más de 150 obras. ¿Y qué nombres puedes encontrar? Juanjo Sáez, Alexis Nolla, Albert Aromir, Tamara de la Fuente, Aleix Abellanet, Neus Lozano, Carla Besora, David de las Heras, Berto Fojo, Judy Kaufmann… El número de artistas sigue y sigue creciendo y, lo que es más importante, las creadoreas de Mirilla no dejan de pensar formas de llegar a cuanto más gente mejor, como esos eventos puntuales en los que hacen que la obra de la galería deje de ser puramente virtual para asaltar el mundo real y que los potenciales compradores puedan ver con sus ojos, tocar con sus manos y flipar con su mente.