Este año hemos tomado muchas decisiones drásticas en Fantastic Plastic Mag: una de ellas, de las que ya os hablamos en esta editorial, fue dejar para enero muchas de las listas de lo mejor del año. Porque, básicamente, ¿qué sentido tiene recopilar cosas como libros, películas y conciertos cuando el año todavía no se ha acabado? En el caso de los conciertos, la prerrogativa era simple: han habido años que algún concierto peregrino se celebraba a finales de diciembre y nos dejaba con las ganas de incluirlo en las listas (¿Hola? ¿El concierto del fin del mundo de Chico y Chica e Hidrogenesse en el 2012?).
Pero es que esta vez, además, hemos decidido introducir otra variación en nuestra lista de los mejores conciertos… Una variación que, de nuevo, responde a una pregunta: ¿qué sentido tiene hacer una lista de «los mejores conciertos» cuando la experiencia en este campo siempre resulta ser algo sesgado (que depende de la ciudad en la que vivas y de las posibilidades de acceder a las actuaciones) y completamente subjetivo (con todo un conjunto de factores que pueden afectar a esa subjetividad, como la gente que tengas alrededor o el nivel alcohólico que lleves como la procesión, por dentro)? La respuesta que hemos encontrado ha sido simple: pasamos de hacer lista kilométrica y convocamos a nuestros colaboradores para que, simple y llanamente, nos hablen de su concierto favorito del año. Sólo uno. El mejor. ¿No debería conformar una lista mucho más significativa que si cada uno elige veinte actuaciones de forma totalmente arbitraria y partiendo de situaciones completamente diferentes?
Pues eso. Sin más dilación, os dejamos con nuestra lista de actuaciones del año ordenada de forma alfabética, para que nadie se cabree. Igualmente, permitid que comentemos antes algo totalmente inquietante: ¿ocurren las mejores actuaciones últimamente exclusivamente en festivales? ¿Nos estamos volviendo perros a la hora de ir a salas? ¿O es que los festivales acaban teniendo la exclusividad de esos artistas que ofrecen las experiencias de directo más interesantes y, por lo tanto, nos quitan la posibilidad de verlos en salas más pequeñas y de forma más íntima? Para estas preguntas, lo sentimos, no tenemos respuesta alguna.
APPARAT (Primavera Sound 2013). Después de escuchar en bucle «The Devil’s Walk» (Mute, 2011) durante dos años, las ganas que tenía de ver a Apparat presentando en directo su gigantesco «Krieg und Frieden (Music for Theatre)» (Mute, 2013) eran equiparables a las ansías que tenía Belén Esteban de empolvarse la nariz antes de cada programa de «¡Mira Quién Baila!«. Gracias a Dios, la espere mereció la pena, ya que Sascha Ring convirtió el Auditori del Primavera Sound en un lugar mágico donde, con el transcurrir de los minutos, el berlinés nos hundía cada vez más en ese viaje temporal hasta la época de las Guerras Napoleónicas al que nos había invitado con los primeros arreglos de «44«. Tensión, drama, esperanza y alegría fue lo que nos transmitieron los temas interpretados de manera excepcional por Ring. En definitiva, lo que constató el concierto del Auditori fue que el berlinés es un maestro en infundir vida en sus obras, en darles la capacidad de tener conciencia propia. [Marco Ascione] [FOTO: Abel Cruz]