Dejemos una cosa bien clara antes de lanzarnos de cabeza a la lista de los mejores discos nacionales de 2013… Y esa cosa es que cada medio es libre de estructurar sus listas como les dé la real gana, pero en FPM tenemos una cosa bien clarita: sabemos que hay álbumes que son incontestablemente de una calidad extrema y que más que probablemente merecen estar en los primeros puestos. Lo sabemos, pero también sabemos que hay grupos españoles que no necesitan estar en los primeros puestos para demostrar nada, así que, a menos que en algún momento nos llegue una opus magna que nos abra el culín de forma tremenda a toda la redacción al completo, nuestra lista más bien tiene un faro guía bastante claro: «ayudar» a los grupos que mayor proyección creemos que merecen. Porque, por poner un ejemplo, Triángulo de Amor Bizarro tienen un discarral entre manos que quita el hipo, pero eso nadie lo duda y un número uno no va a demostrar nada a ese respecto. Por eso, que nadie se eche las manos a la cabeza al ver nuestro Top 5: ahí están nuestras apuestas que, además de ser apuestas, también han tenido discos que recordaremos durante años. Y ahora que ya hemos dejado esto claro, vamos a por los treinta mejores discos nacionales del año.
30. GOBI / Mequetrefe. 2013 pasará a los anales de la historia de la música alternativa patria como el año en que explotó definitivamente la escena independiente gallega contemporánea. Bien, para muchos no existe tal cosa, pero no se puede negar que en el noroeste español confluyeron los factores necesarios las últimas temporadas para que músicos y grupos locales de diverso pelaje comenzasen a asomar sus cabezas desde el underground galaico para darse a conocer, en mayor o menor medida, en el resto del país. Los santiagueses Mequetrefe son uno de esos ejemplos: directa o indirectamente, han ido adquiriendo protagonismo desde antes de publicar su debut en largo, “Play Off” (Dress For Excess, 2010) hasta, sobre todo, su fichaje por el sello barcelonés El Genio Equivocado a principios de este año, bajo cuyo amparo han editado el EP “A Serious Band” (El Genio Equivocado, 2013) y “Gobi” (El Genio Equivocado, 2013), su segundo largo. Un álbum en el que se confirma la galvanización del discurso sonoro de Mequetrefe, antes más tendente al pop -con todos los prefijos que le quieran colocar al término- ultraterrenal y de raigambre shoegazer y ahora más hacia el (noise)rock supradimensional -en su versión ralentizada e hipnótica (“Belén Is Back”) o acelerada (“Cool”)-. Eso sí, el grupo no abandona su gusto por los sonidos psico-evocadores, ya sea concentrados en píldoras que recuerdan a los Ride más melódicos y distorsionados (“Orange”) y coquetean con el kraut (“Floating”) o dispersados en extensas odiseas spiritualizadas (“Kill All The Indies”), de rítmica progresiva y cambiante («Fonfria») y pasadas por el túrmix de The Flaming Lips y My Bloody Valentine (“The Last Trip”). Con todo, el cúmulo de referencias no debería ocultar la absorbente peculiaridad de las nuevas composiciones de Mequetrefe, los comandantes ideales para viajar al espacio exterior y más allá. [José A. Martínez]
29. NOTHING PLACES / Nothing Places. “De casta le viene al galgo” es uno de esos dichos que se pueden tomar como positivo o negativo. Postivo cuando el galgo del refrán no sólo tiene casta, sino también mucho talento. O negativo en el caso de que el galgo en cuestión se haya visto ascendido en un claro ejemplo de nepotismo y no por méritos propios. ¿Cuál es el caso, entonces, de Emilio Saiz, el hombre detrás de Nothing Places y, además, hijo del productor, música y artista a muchos niveles Suso Saiz? No os vamos a dejar mucho tiempo con la intriga: lo de Emilio es claramente un caso positivo de casta y galgos. Y es que basta con catar su debut, “Nothing Places” (del que pueden escucharse algunas canciones en su SoundCloud), para darse cuenta de que a Saiz le sobra casta, pero también talento. Es este un disco que traza una línea poderosa, casi granítica, en el espacio que va desde Radiohead a Grizzly Bear: de los primeros toma las guitarras como herramienta de construcción capaz de extraer emoción a las matemáticas, y de los segundos una voz envolvente y la capacidad para llevar las canciones hacia terrenos inesperados. [leer más]
28. HIGH ON THE SEAS / Santa Rita. Cecilia Díaz capitanea con mano firme el barco de Santa Rita que este año se echaba a la mar y se estrenaba en formato largo con “High on the Seas” (Aloud Music, 2013). El debut de las cuatro barcelonesas en LP era uno de los más esperados y, teniendo en cuenta que iba a ser editado en casa Aloud Music (sello nacional que que rara vez falla el tiro) y que con el EP que lanzaron en 2009 consiguieron muchísima atención, las expectativas sólo podían ser muchas y todas buenas. El team Santa Rita ha sabido cumplir con ellas y, además, con muy buena nota. Los nueve temas de su primer disco tienen el mar como hilo conductor y el rock como elemento que lo echa a andar. Un rock consistente de mucha inspiración noventera (es fácil pensar en grupos como B-Violet o unas Sleater Kenney más reflexivas que guerreras) que va y viene en dosis pensadas y equilibradas y donde la voz de Cecilia (que, más que cantar, suelta speechs) sabe entrelazarse con las reverbs y la percusión de sus compañeras en un discurso recio pero no áspero, autoconsciente y poderoso que las confirma como el grupo de chicas a seguir. Auténtico “girl power” y, encima, de la casa. ¿Qué más se puede pedir? [Estela Cebrián]
27. LLAMP DE DÉU / L´Hereu Escampa. ¿Se quedaría en interesante curiosidad aquel EP sin título de los que parecían opositar a ser algo así como (disculpen la simplificación) «los Japandroids catalanes«? Pues estamos de suerte, porque no ha sido así. Este «Llamp de Déu» de L’hereu Escampa cuenta con un sonido y una producción algo más cuidados pero idéntica vocación de lograr grandes canciones por la vía de la crudeza y el minimalismo, canciones directas y honestas que ahora saben canalizar mejor una furia que sigue estando ahí, logrando una extraña épica de perdedor que los hace únicos y, desde luego, más que interesantes. [Pedro Vázquez]
26. DORMIHCUM / Phsycotic Beats. Definitivamente, “Dormihcum” puede asimilarse como un disco de viaje ficticio, como un álbum con una narrativa interna y con una estructura casi teatral (apertura, desarrollo y cierre)… Pero puede asimilarse así siempre que se entre en el juego. Si no, el segundo álbum de Pshycotic Beats podría quedar ante determinados oídos como un caldo en el que flotan canciones demasiado diferentes unas de otras, cada una de su padre y de su madre y algunas a las que no les vendría mal un recorte en lo que a duración se refiere, concretando los aciertos y limando las dispersiones. Al fin y al cabo, como en todo viaje, todo depende de los ojos de quien viaje, todos diferentes a la hora de percibir lo que les pasa por delante. En este caso, más bien depende de sus oídos. Y ahí sí que se aplica lo de “para gustos, colores”… O, como diría el narrador de este disco, “para gustos, el negro opaco”. [leer más]