Poner al lector en la piel de un niño siempre es un movimiento astuto… pero peligroso. Muchos son los que lo intentan, pero pocos son los que consiguen salir victoriosos a la hora de evitar los agujeros negros de sentimentalismo simploide que actúan como cantos de sirena hacia la muerte y la destrucción (de la calidad literaria). Conseguir ponerte en la voz narrativa de un niño y no resultar pueril, simplista o directamente imbécil es algo muy pero que muy difícil. Pero si «Cuando Yo Tenía Cinco Años, Me Maté» es considerado en Francia un clásico de la literatura para todas las edades desde la década de los 80 (fue publicado específicamente en el año 1981 bajo el título de «Burt«), por algo será. Sea por lo que sea, sin embargo, ahora por fin podemos celebrar que el libro de Howard Buten llega hasta nuestro país de la mano, como no podía ser de otra forma, de los siempre acertados Blackie Books.
«Cuando Yo Tenía Cinco Años, Me Maté» narra la historia del Burt del título original, un niño de ocho años que vive totalmente recluido en un Centro de Internamiento Infantil debido a «lo que le hizo» a Jessica… y hasta aquí podemos leer. Lo que sí que podemos adelantar es que Burt es un niño que ha conocido los grandes sentimientos, las grandes emociones, y que su reclusión parte del hecho de que el mundo adulto no ha sido capaz de asimilar la intensidad inusual de esos sentimientos y de esas emociones. ¿Y quién es Howard Buten para hablar de algo tan grande?, se preguntarán algunos. Buten es, además de uno de los escritores fundamentales de las letras francesas de los últimos años, un experimentado psicólogo especializado en autismo y un clown profesional. Él mismo dice que en sus tres profesiones se dedica a consolar a la gente, pero está claro que su vertiente como novelista y su oficio de psicólogo acostumbrado a tratar con niños le convierten en la persona perfecta para escribir desde debajo de la piel de un niño y que nos lo creamos a pies juntillas.