Se nos ha ido un grande, como diría Sara Carbonero. No es que la muerte de Mandela nos haya pillado desprevenidos o por sorpresa (pobre señor, que llevaba unos meses bien jodido, que uno es un luchador pero no de piedra), aunque sí es cierto que el mundo ha lamentado estos días la pérdida de un personaje tan ejemplar. Que, oye, en estos tiempos que corren, poca gente buena nos queda. Total, que teniendo en cuenta las proporciones de la pérdida, pues ya se intuía que la despedida iba a ser también así, a lo grande. Pero nadie se podía imaginar que, además de hacerse a lo grande, también iba a hacerse a lo loco. A saber: a Mandela le han hecho unos funerales que poco han tenido que envidiar a los faustos de un Mundial de Fútbol (y, ojo, que la comparación no es baladí) y que tuvieron lugar hace un par de días precisamente en el Estadio FNB Soccer City, que es donde hace dos años Shakira cantó el «Waka Waka» hasta quedarse afónica y los africanos tocaron vuvucelas hasta quedarse sordos.
Al evento en sí (¿evento? ¿acontecimiento? ¿chocho?) han acudido sienes y sienes de políticos y personas públicas muy relevantes e importantes todos que han hecho que la cosa haya cogido más lustre que la fiesta anual de la MET Gala. En África no son como aquí, que despedimos a la gente entre lloros y vestiduras rasgadas: allí la gente baila y recuerda al muerto con alegría, que es como debe ser. Y será porque la gente se ha contagiado de más del espíritu festivo de la despedida de Mandela, pero es que la cosa ha acabado convirtiéndose en una parodia a lo peli de los hermanos Zucker: intérpretes falsos, fotografías inoportunas, declaraciones wtf!… Cuando pasa una de estas cosas, al final lo único que aflora es lo inepta que llega a ser la gente. Y aquí estamos nosotros para recoger los diez momentazos que nos ha dejado el funeral de Mandela. O Madiba. Aunque nosotros preferimos Mandela porque no éramos tan amiguis de él como Sara Carbonero.
10. Los piquetes de la Iglesia de Westboro. Esta panda de loquis religiosos son todos unos attention whores, y ya está. Y tardaron «cero-coma» en amenazar que cogerían un avión y se plantarían delante del Estadio FNB Soccer City para boicotear el funeral. Luego ni fueron ni nada, claro. Lo dicho: «attention whores«.
9. Según La Gaceta el funeral de Mandela sólo consiguió llenar «tres cuartos de la entrada» al Estadio. Nada más que añadir.
8. La vida de colores de Sara Carbonero, que ha aprovechado que Mandela dejaba de pasar por ahí para recordarnos lo bonitas que fueron sus vacaciones en África cuando el Mundial y lo cuquis que le está quedando «la habita» del nene. Todo así, muy random.
7. El momento «bonito y emocionante de Mariano», que estaba que se hacía pipi encima de poder pisar el Estadio donde España ganó el Mundial. Que, oye, que se muera un líder que ha hecho mucho por los Derechos Humanos es lo de menos. Os recordamos que este señor es nuestro Presidente y tal…
6. A Jiri Rusnok no le apetecía NADA ir al funeral. La tele checa pillaba infraganti a su Primer Ministro cagándose en todo y esperando por lo bajini que no le tocara a él ir al funeral (le daba «escalofríos») sino al Presidente de la república, que es que Africa está «en el quinto pino». Joder, Mandela, ya te vale: mira vivir lejos y encima morirte.
5. Mandela, «ese gran actor que ha dado Hollywood». Twitter, esa gran red social que nos recuerda lo limítrofes que son nuestros futbolistas.
4. #selfiesatfunerals. Obama, la Primera Ministra danesa y David Cameron no quisieron dejar de inmortalizar el gran encuentro.
3. El mosqueo de Michelle. Barack flirteando con la Primera Ministra danesa y Michelle al lado con un puteo que te cagas. La Primera Dama americana es un libro abierto a la hora de expresar sus emociones… Y, por lo visto, Obama más corto que las mangas de un chaleco.
2. El intérprete falso. Los sordos del mundo que quisieron ver el funeral no entendían nada: ¿estará traduciendo ese señor que gesticula mucho el discurso de Obama en africano? No, según los medios, el señor se lo inventaba todo porque no era intérprete ni era nada y gesticulaba sobre la marcha.
1. Pero luego resultó que sí era intérprete, que lo que le pasó es que le dio una crisis de esquizofrenia (para la que está siendo tratado) en plena traducción y que en aquél momento «oía voces»… ¿Sería una de ellas la de Mandela pidiendo que parara ya el choteo?