Estaba viendo el video de «Bound 2» en el sofá junto a mi pareja y, hacia la mitad, tuvimos la siguiente conversación: «¿Qué haces?», «Viendo el nuevo de Kanye West«, «¿Y qué tal?», «Pues es bastante malo, la verdad», «Pero si Kanye nunca hace vídeos malos», «Pues ya ves»… Y es que lo cierto es que sorprende bastante que un tipo que le da tanta importancia a la estética y que sabe cómo llevarla hasta el extremo en todas y cada uno de las caras de su carrera (incluso en su propia existencia maximalista) se haya permitido el desliz de hacer un videoclip como este, en el que el único riesgo estético existente es que se le vea una teta a Kim Kardashian de un momento a otro. En resumidas cuentas: Kabnye rapeando de pie o Kanye viajando en moto con la Kardashian en pelotas sobre su regazo (con la «gracia» de que el traqueteo de la moto les obliga a un movimiento muy fuck-friendly), pero sobre todo lo que priman aquí son unos cromas de escándalo que no se veían en una pantalla desde 1986. Ese es el nivel, Maribel.
Y lo que más jode de todo es que «Bound 2» es más que probablemente uno de los temas más interesantes de «Yeezus« (Def Jam, 2013) o, por lo menos, el más «diferente» del lote y el que remite al Kanye más primigenio y juguetón: una canción a medio camino entre la balada (o lo que Yé entiende por balada) y el fardonismo lo-key. Por eso mismo extraña que el artista haya decidido que lo mejor que podía hacer con esta canción es un video como este, dirigido (o algo así) por Nick Knight. ¡Ah! Y una última nota inquietante: ¿no se parece peligrosamente Kim Kardashian a Beyoncé en este videoclip? Hasta aquí puedo leer…