¡Barcelona – Real Madrid! ¡El ‘Clásico’! ¡En el Camp Nou! ¡Quieto todo el mundo! Estas y otras muchas exclamaciones surgieron a medida que se acercaba el partido de los partidos de la Liga, de Europa y del planeta Tierra. Tal sensación de algarabía se reproduce cada temporada desde hace unos años para acá justificada por las dimensiones mesiánicas que han alcanzado ambos clubes. Pero, una vez vista la primera contienda liguera entre los dos gigantes futbolísticos de nuestro país, esa elefantiasis se quedó en una medianía grisácea que ni siquiera satisfizo del todo a los aficionados del bando vencedor. Y eso que, aunque a estas alturas del campeonato esta clase de enfrentamientos aún no son decisivos (en apariencia), en los momentos previos se respiró la habitual tensión que envuelve cada Barcelona – Real Madrid y viceversa. De hecho, en el (pseudo)informativo de deportes «Jugones», dirigido y copresentado por el ínclito Josep Pedrerol, dedicaron una pieza a cómo evitar infartos durante el partido, con las correspondientes recomendaciones sugeridas por una experta cardióloga. Pero, repetimos: al final, el ‘Clásico’ no fue para tanto. Aunque sí lo suficientemente movido para dejar un puñado detalles y la consabida pataleta merengue contra la actuación del árbitro, que propició -según la facción blanca- que el Barça se llevara la victoria por dos goles a uno.
Como no podía ser de otro modo, nuestro ‘adorado’ y siempre engorilado Tomás Roncero no tardó un segundo en enarbolar la bandera de la protesta vía Twitter…
Aquí encajaría muy bien aquel aviso que todas nuestras madres nos lanzaban en nuestra inocente y crédula infancia: “No hagas caso a ese hombre que te ofrece caramelos, porque llevan droga”. Pero con Roncero no hay problema en seguirle la corriente como a los locos, porque él ya se encarga de comerse todos los caramelos endrogados y te echas unas buenas risas con sus rabietas virtuales. Al igual que con los aspavientos de Cristiano Ronaldo sobre la hierba del Camp Nou, el cual añadió a su vocabulario (donde aparecen conceptos como jobo; es decir: ‘robo’, pero con acento portugués) el adjetivo cagún (traducido como ‘cagón’), directamente dirigido al árbitro por haberse tragado un penalti cometido sobre él mismo. Sin embargo, este jaleo denominado ‘en Barcelona siempre es igual’ no impidió que se olvidaran los flagrantes errores de Ancelotti (cosas del Lambrusco, quizá…) de presentar una alineación titular con Sergio Ramos fuera de la defensa e incrustado en el mediocampo (decisión casi tan desacertada como haberle dejado suelto en El Hormiguero para que se arrancase con aquel ridículo flamenquito) y con Gareth Bale situado en la punta del ataque, lo que hizo que se perdiera totalmente sobre el césped (tras el pitido final todavía se le buscaba en el estadio culé).
En el vestuario del FC Barcelona las caras eran más alegres, lógicamente, sobre todo tras ver cómo Neymar había justificado el por qué de su fichaje al echarse el equipo a sus espaldas (con Messi arrinconado en una banda) y volver loco a la defensa madridista. De sus botas salió el primer gol blaugrana, después de que el balón rozara el escroto de Carvajal; y, más tarde, la asistencia a Alexis Sánchez para que este marcara el segundo tanto ‘con vaselina’. Ya ven, fue un ‘Clásico’ con tramos algo escatológicos pero sin el nerviosismo competitivo de la época en que Guardiola y Mourinho se retaban frente a frente. Ni siquiera el ‘Tata’ Martino necesitó vestirse su polo pistacho de la suerte para que su equipo lograra la victoria.
Superada a resaca del ‘Clásico’, la Liga volvió a meterse en una desenfrenada espiral de partidos al disputarse dos jornadas en menos de siete días. Un ajetreo que permitió corroborar que la figura de Neymar está creciendo a pasos agigantados en un Barcelona descolorido pero sólido en la misma proporción que decae la de Messi. ¿Qué le sucede al astro argentino? ¿Está triste y azul(grana)? La teoría que circula por algunos corrillos futboleros afirma que se está dosificando para llegar en plenitud de condiciones al Mundial de Brasil del año próximo, su gran objetivo esta temporada. Sólo el tiempo lo confirmará o desmentirá. Por cierto, Messi es el jugador favorito del presidente de la FIFA, Joseph Blatter. Lo dejó claro en una reunión en la Oxford Union Society, en la que, además, comparó a Cristiano Ronaldo con un comandante militar demasiado preocupado por su peinado imitando a Chiquito de la Calzada. ¡Dentro vídeo, fistro!
Poco después, el futbolista luso pudo vengarse de tal afrenta celebrando un gol con ironía y mala leche cuadrándose cual firme soldado; y, fuera del terreno de juego, enseñando paquete en una enorme imagen colocada en el Ayuntamiento de Madrid. Aunque esto último quizá ya no formaba parte de ninguna venganza… No, efectivamente.
Pero el club ante el que todo buen futbolero debería cuadrarse e incluso arrodillarse es el Atlético de Madrid, que sigue imparable el fuerte ritmo del Barcelona guiado por la sabia mano del ‘Cholo’ Simeone y los goles de Diego Costa, elevado a semi-dios en el Vicente Calderón. Ya sea vapuleando al rival sin piedad o ganando con oficio y pragmatismo, el club de la ribera del Manzanares está asombrando no sólo a los habituales seguidores de la Liga, sino también a los del resto de torneos europeos. Definitivamente, es el equipo de moda, el que más miedo mete y el aspirante a toserles al Barça, al Real Madrid (al que tiene a una distancia prudencial en la clasificación liguera) y a cualquier adversario que se le ponga por delante. Si no fuera por la excelsa trayectoria de los colchoneros, llamaría más la atención la campaña que está realizando el Villarreal, cada vez más empeñado en convertirse en la revelación del campeonato. En el lado opuesto se encuentra el Betis, que continúa hundiéndose sin freno ni remedio… a no ser que lo evite su intelectual entrenador, Pepe Mel. Si lo logra, seguro que Sr. Chinarro, ilustre bético, le dedica una de sus cientos de próximas canciones. O a los slips de Cristiano Ronaldo… Ahí queda la idea.