Pocos se atreverán a negar, a estas alturas, la tremenda influencia que han tenido Nada Surf en el pop independiente de los últimos quince años. Más allá de que hayan vivido tiempos mejores o de que se les tache de, hasta cierto punto, repetitivos, resulta imposible resistirse a los encantos melódicos de una banda que cuenta en su haber con algunas de las canciones más icónicas de una década, de esas que ponen banda sonora a una adolescencia, a un primer amor, a una madurez. Es por esto que cualquier lanzamiento que lleve la palabra Nada Surf asociada, conseguirá llamar la atención del que escribe, pues si bien el tiempo ha pasado, la debilidad por el pop de los neoyorkinos parece más bien perenne. Y aquí es donde aparecen Minor Alps, un proyecto paralelo que ha surgido como una colaboración entre Matthew Caws (líder de Nada Surf) y una veterana de esto como Juliana Hatfield. Leía en una entrevista que ambos se conocieron allá por los 90 en un concierto del trío neoyorkino cuando Hatfield militaba en las míticas Blake Babies y que, dados sus gustos afines, empezaron a colaborar y a componer juntos, aunque nunca con la intención de convertir esos momentos de ocio en algo serio.
Algo que, aprovechando ese período sabático que Nada Surf han decidido tomarse por una temporada, se ha tornado en realidad. Minor Alps es el nombre que ha elegido el dúo para grabar un primer larga duración que, bajo el título «Get There» (Barsuk, 2013) consigue, al menos parcialmente, combatir el mono que algunos puedan tener de escuchar la dulce voz de Caws acompañada de esas líneas tan clásicas de guitarra que uno asocia inmediatamente a su formación original. Y decimos parcialmente porque las once canciones que componen el álbum se mueven más en la vertiente más intimista del compositor que en la animada y eléctrica; esto es, y por tirar una comparación con la discografía de Nada Surf para entendernos, «Get There» mira más hacia «Lucky» (Barsuk, 2008) por poner un ejemplo que hacia a esa joya que es «The Weight is a Gift» (Barsuk, 2005). No quita, no obstante, para que el álbum cuente con varios momentos de inspiración especial por encima del buen rollo que invade cada una de las composiciones que tocan Caws y su guitarra. Puestos a elegir, sorprende de primeras «Buried Plans» por la incorporación de esos beats tan ajenos a nuestro protagonista… Y destacan cortes como la melódica «Far From The Roses«, la rockera «Mixed Feelings» o la preciosa «Waiting for You«, marca de la casa.
Cabe resaltar, por otro lado, el buen trabajo de una Hatfield que, habiendo compartido responsabilidades al cincuenta por ciento con Caws en la grabación de este «Get There«, pone con su voz un agradecido contrapunto a la voz masculina, una costumbre que ya había sido adoptada en ocasiones concretas en Nada Surf, y que, sin duda, dota de nuevos matices a canciones que de otra manera habrían tenido posiblemente un final igual de feliz pero quizás no tan original como el que aquí lucen. En definitiva, un pasatiempo otoñal que servirá para despejar la mente del talentoso líder de cara al siguiente paso de una banda que lleva ya veinte años en activo y que, al mismo tiempo, saciará el hambre de unos fans siempre ávidos de escuchar sus nuevas composiciones. Un win-win en toda regla, vaya.