No me pregunten ustedes por qué, pero lo cierto es que cuando en este país nuestro hay un festival importante, la cartelera se va literalmente de baretas. No tengo datos estadísticos que prueben la teoría chusca que acabo de dejar por escrito, pero lo cierto es que llevo un tiempo haciendo esta sección de estrenos de cartelera y siempre que estamos totalmente inmersos en San Sebastián, Gijón, el Festival D’Autor o Sevilla los estrenos semanales bajan la guardia, como admitiendo la derrota que tienen por delante al saber que todos los medios de comunicación estarán hablando de otras cosas. Y si no he mencionado el Festival de Sitges en la lista anterior no ha sido porque no se le considere un festival de clase A, sino más bien porque es el que nos toca comentar ahora mismo y el que parece haber dejado la cartelera de esta semana en una sequía considerable.
Lo único que podríamos salvar (y ya más bien pensando en la semana que viene, porque este fin de semana todavía estaremos en Sitges dándolo todo) es «El Quinto Poder«, que viene a confirmar el dicho de que «no hay dos sin tres»: si «Jobs» intentaba repetir el esquema de «La Red Social» pero aplicado al creador de Apple, ahora es «El Quinto Poder» el que hace lo propio con la figura de Julian Assange y su Wikileaks. No me voy a poner a explicar ahora en qué consiste Wikileaks y su impacto en la historia tanto socio-política y económica como de los propios medios de comunicación de masas… Sí que comentaré, sin embargo, que el film viene dirigido por Bill Condon (que tan pronto se marca un «Kinsey» como una entrega de la saga «Crepúsculo») y que Benedict Cumberbatch (ya no tan eterno Sherlock catódico) y Daniel Brühl se ponen en la piel de Assange y su mano derecha Daniel Domscheit-Berg, poniendo el acento -como no podía ser de otra forma- en el lado oscuro del genio que destapó tantos secretos de estado. ¡Ah! Y, por cierto, sólo por el pelucón que le han cascado a Cumberbatch, yo diría que ya merece pagar la entrada en taquilla.