El 46 Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya ya ha echado a andar. Tras las sesión inaugural de ayer 10 de octubre, hoy viernes 11 es el primer día en el que le certamen funciona a plena potencia… ¡y qué potencia! Serán un total de once jornadas en las que el Festival de Sitges 2003 le dará caña al fantástico que le vio nacer, pero donde también irá definiendo cada vez con más ahínco esa otra línea de autor donde lo fantástico a veces está más cogido con las pinzas. Los fans tradicionales del festival ya han protestado al respecto: dicen que puede que esta sea la edición menos fantástica de todas las 46 que ya ha vivido el festival. Y aunque nosotros no entendemos demasiado la génesis de esas protestas, sí que tenemos que reconocer que esta vez el Festival de Sitges trae una programación en la que, si no estás mínimamente puesto, lo más fácil es perderte y no encontrar la puerta de salida. Por eso, como cada año, desde la redacción de Fantastic Plastic Mag elegimos las películas que no nos vamos a perder nosotros para que tampoco te las pierdas tú bajo ningún concepto. En serio, ¿cómo se puede decir que con películas como las que elegimos este no es un Sitges fantástico?
BYZANTIUM. Neil Jordan vuelve después de un montón de tiempo inactivo con otra historia de vampiros. La cuestión es si «Byzantium» realmente es «otra» historia de vampiros y si realmente hace falta que el director irlandés vuelva al género después de adaptar la primera parte de «Entrevista con el Vampiro» (película que, por cierto, en su día vi dos veces en el cine y que nunca me cansaré de defender). Pues no y sí. Es decir, «Byzantium» no es un otra historia de vampiros «más«, al menos no en el sentido vampiril que tenemos asimilado hoy en día (el atontolinado por culpa de la saga «Crepúsculo«, el bastardizado por completo gracias a «True Blood» o el gélido como el filo de un cuchillo que nos dejó «Let The Right One In«) y quiere recuperar el sentido clásico del género pero sin obviar que estamos en el 2013 y el público tiene el culo y la yugular bastante pelados con las historias de chupasangres. Jordan ha hecho un ejercicio estético bellísimo que no quiere inventar nada y ha recuperado la esencia sensual de las películas clásicas del género contraponiendo a dos personajes femeninos que se reparten la culpa y la lujuria y que se mueven en un entorno tan siniestro como sus propias e interminables vidas. [Estela Cebrián]
ESCAPE FROM TOMORROW. Se anuncia como «la película que Disney no quiere que veas«, pero va a ser la película que va a ver todo el mundo. Por lo menos en el Festival de Sitges. ¿Y por qué dicen que Disney no quiere que la veas? Pues porque es una de las mejores representantes de esa línea de películas de bajo presupuesto por las que ha querido apostar la edición de este año ya que su director, Randy Moore, la rodó íntegramente en Disney World sin pedir ni un solo permiso ni pagar ni un centavo a la compañía. Cero. Disney no quiere que la veas porque el protagonista es el propio parque de atracciones que funciona como escenario y personaje terrorífico que aloja la locura en su máxima expresión y pretende desmontar la idea de felicidad familiar y alegría que se presupone que tiene que reinar en los parques de atracciones. Una ida de olla rodada en blanco y negro que triunfó en la pasada edición de Sundance y que podría resumirse diciendo que es como si Jack Torrance en lugar de volverse majareta en el Hotel Overlook lo hubiera hecho en la casa de Mickey Mouse puesto de ácido hasta las cejas. Más o menos. [EC]