Kate Moss es un poco como la gata Flora, que si se la metes grita y si se la sacas, llora. La modela, diseñadora, entrepeneur, it woman y fiestera en general no ha tardado ni tres años en volver a los headquarters de Topshop para coger de nuevo los lápices y diseñar una nueva colección para la firma británica. El idilio entre Topshop y la Moss duró de 2007 a 2010 y, en lo que duró, les dio a ambos una buena cantidad de réditos económicos con el resultado de un montón de piezas vendidas en las tiendas repartidas a lo ancho y largo del globo terráqueo. La última colección hasta el momento había sido aquella «Kate Iconic» que rompió moldes y vendió como nunca con la recuperación de las prendas más reconocibles que había hecho la modelo para la firma (reciclar y triunfar en el mundo de la moda siempre es uno). ¿Os acordáis? El vestido con print de leopardo, el vestido con flecos, la americana con tachuelis… Kate fue de las primeras en hacer un mash up de sus referencias y adaptarlas a la pasarela callejera sin esconder que, al final, lo que hacía era diseñar la ropa que a ella le gustaría llevar y que no inventaba absolutamente nada.
La nueva colección corresponderá a la próxima temporada de Primavera / Verano 2014, se pondrá a la venta en abril y contará con nada menos que cuarenta prendas que incluirán accesorios y zapatos, lo que confirma que puede que sea una de las colecciones más extensas que ha realizado la modelo hasta el momento. Por aquí solo nos queda la esperanza de que podamos ver una parte considerable de esta colección en las tiendas que tenemos en nuestro país (aunque los corners de las colaboraciones en las tiendas españolas van de lo paupérrimo a lo irrisorio) o, si no, empezar a mirar vuelos a Londres para poder pillarla toda en el Xanadú de las compras que Topshop tiene en la calle Oxford, que seguro que ahora para ir en abril están baratitos.