Tenemos que reconocer que, tal y como queda explicado en la nota de prensa de la editorial Sexto Piso, el arranque argumental de «El Abrazo» nos ha tocado el corazoncito… Dicen que el libro de David Grossman se abre con una madre y su hijo paseando al atardecer. La madre, con esa capacidad que tienen las madres para demostrar un amor infinito, le dice a su hijo que no existe otro como él, que es único. Pero eso, en vez de alegrarle, parece que acaba preocupando al niño: ¿por qué no hay nadie que sea como él? ¿No es eso una absoluta maldición que aboca a todos los seres humanos a una soledad inevitable? A partir de ahí, el poético texto de Grossman intentará borrar la sombra de esa sensación tan desasosegante a través de un concepto muy celebrativo: el abrazo, «inventado» por la humanidad precisamente para conseguir que sus individuos se sientan menos solos en su singularidad.
Tampoco es de extrañar que alguien como Grossman aborde una cuestión tan existencialista y lo haga desde el optimismo: le avalan obras que han sido celebradas internacionalmente como «Escribir en la Oscuridad«, «La Vida Entera» o «Tú Serás Mi Cuchillo«… Y, por si eso fuera poco, Sexto Piso quiere festejar por todo lo alto la publicación de «El Abrazo«, y lo hace arropándolo con las muy sugerentes ilustraciones de Michal Rovner, antigua bailarina que lleva muchos años demostrando su valía como artista polifacética y cofundadora junto a Arie Hammer de la Camera Obscura School of Art, un centro de formación artística en medios audiovisuales. Sin lugar a dudas, «El Abrazo» tiene todo la pinta de llegar a convertirse en uno de esos libros que, mediante una trama aparentemente infantil, acaban abordando conceptos que le romperán el corazón a más de un adulto. Avisado quedas.