Mark my words: Raphaelle Standell-Preston encabezará el ranking de chicas en el resumen anual de Fantastic Plastic Mag en 2013, desbancando a nuestra gran loca del pussy predilecta Claire Boucher. Cualquier alternativa a lo que acabo de decir me parecerá, con todo el respeto para el resto de la redacción, no solo inicuo sino también irrisorio, amén de una metedura de pata gorda. Mirad, si es que no hay más que escuchar el no tan reciente “Untogether” (Arbutus, 2013) de esos Blue Hawaii que nos dan la vida. Raül de Tena habló de ellos aquí, venerando justamente esa obra magnífica de emocionantísimo calado. Y cuando apenas empieza a revertirse el profundo efecto conmovedor de ese mencionado “Untogether”, catapún. Braids, el proyecto dizque principal de Standell-Preston, dan a luz este “Flourish // Perish” (Arbutus, 2013).
Particularmente, me interesa quizás un poco más la electrónica glitcheada, deconstruccionista y mimosa bañada en pop que ejecutan Blue Hawaii en su “Untogether” que las texturas y atmósferas de las canciones que componen este álbum, sin que ello afee en lo más mínimo la impresión de que estamos ante otro fantástico disco. Las canciones que llenan “Flourish // Perish” se muestran a la vez densas y encantadoras, sin duda en gran parte gracias al poder de la ingrávida voz de Standell-Preston, que es una de esas bendiciones que el mundo recibe inmerecidamente y muy de cuando en cuando. De hecho, “Flourish // Perish” parece funcionar casi más como un agregado a “Untogether” que como la continuación lógica del primer álbum de Braids. Por ello, es razonable entender que cierto sector de público y prensa al que el combo de Montreal había conquistado con su primer álbum se haya sentido decepcionado con el giro estilístico de la banda. Ciertamente, muchos de los temas de este “Flourish // Perish” parecen estar más cerca de lo que han venido haciendo últimamente el dúo conformado por Raph Standell-Preston y su pareja Alex Cowan que del anterior trabajo de Braids, ese hiperproteico tratado art-rockista titulado “Native Speaker” (Kanine, 2011). Que este hecho obedezca más a la salida del grupo de la teclista Katie Lee o al poso que han dejado los recientes devaneos folktrónicos de Standell-Preston es algo que, de momento, se nos escapa.
Una prueba evidente de ello serían “Hossak” con su calma trenzada y esa “Amends” llena de misterio que cotiza en oscuro; ambas podrían alinearse de manera absolutamente natural con la propuesta de Blue Hawaii y, además, se cuentan entre los temas más destacables del álbum. De igual manera, parece obligatorio destacar “Juniper”, que exprime todo el dramatismo que le permiten esos synths primigenios y las excursiones percusivas de las que hace gala; o “Victoria”, deudora de sonidos que nos hacían llorar hace algo más de una década: indietrónica with a feeling, que diríamos. Y, sí, posiblemente no anden todo lo finísimos que desearíamos en algunos pasajes, pero ello queda en segundo plano cuando, por ejemplo, acometen esos ocho minutos largos que componen “Together” y que condensan en si mismos todos los matices que esconde el álbum: sintetizadores planeando sobre bases sincopadas, la voz de Raph que se desliza juguetona mordisqueando allí y allá, el ambiente entre tenso y sedoso… Es nuestra favorita y no es difícil entender por qué.
Por tanto, que “Flourish // Perish” reincida en parámetros conocidos y sensaciones vividas recientemente no debiera afectar al hecho incuestionable en si: la belleza era esto. Usted la tiene ante sus ojos. Haga algo al respecto.