Reconozcámoslo: seguro que todos (absolutamente todos) pensamos, la primera vez que nos topamos con el título «Los Hombres Que Miraban Fijamente A Las Cabras» que era un spoof (pluscuamperfecto) de los títulos-coñazo-pretenciosos de la saga «Millenium» (de la que se estrena esta semana la tercera parte… y esto va a ser todo el comentario que encontaréis en esta sección al respecto). Pero no… Si hay que tender puentes hacia alguien a la hora de hablar del film de Grant Heslow, tiene que ser más hacia los Cohen y menos hacia Larsson. Y es que esta historia en torno a un periodista (Ewan McGregor) que investiga a los llamados «Guerreros Monje» (una panda de pirados que, en el seno del ejército yanki, alardean de solucionar conflictos a través de unos poderes místicos que les permiten atravesar paredes o matar a cabras sólo con la mirada) podría pasar, a priori, por la última producción de los Cohen (si estos no estuvieran dulcemente ocupados en explorar sus raices judías). Dicen que no está a la altura de los hermanos… Pero habrá que comprobarlo. Al igual que habrá que comprobar si a George Clooney le queda tan bien el mostacho como en las fotos.
Dos Globos de Oro (Mejor Actor para Jeff Bridges y mejor canción para «The Weary Kind«) y tres nominaciones a los Oscar (Actor, Actriz de Reparto y Canción Original) avalan la llegada de «Corazón Rebelde» a las pantallas españolas. Pero que conste que los premio no son el único atractivo del film de Scott Cooper: siempre viene bien una inyección de esas «historias de autosuperación» para las que el cine norteamericano es tan especialista. En este caso, el plus viene dado por la edad del protagonista, Bad Blake (Jeff Bridges): superada la cincuetena, el artista country sobrevive a base de actuaciones de mala muerte e incluso teloneando al que, en su día, fuera un discípulo que ha acabado por desvelarse mucho más listo que él. Conocer a una periodista (madre soltera, para más inri), le abrirá las puertas de una más que posible redención. Sumemos todo lo dicho a una banda sonora de órdago (al menos para los aficionados, como y, a las barbas y las camisas de leñador), y tendremos un film que, de entrada, apetece.
Y, más allá de esa aberración de adaptación literaria de la que no vamos a hablar más, los estrenos de la semana se completan con las dos cuotas de pantalla impepinables: la infantil, con «Cazadores de Dragones«; y la española con «El Corredor Nocturno«. La única que parece mínimamente interesante, en este caso, es la cinta de Gerardo Herrero sobre un corredor nocturno que se da cuenta de que, llegados a cierto punto, ni correr basta para huir de determinadas situaciones. Poco sutil, la verdad.
Raül De Tena