Tank Girl fue uno de los personajes más icónicos de la viñeta noventera: expresaba un tipo de angst juvenil tan punki, tan musical, tan fresco que fue inevitable que la generación de aquella década cayera completamente rendida ante un personaje como este. Pero, claro, al final pasa lo que pasa: que Tank Girl se hace ultra famosa, salta a la gran pantalla y acaba siendo carne de fiestarracas despiporradas en compañía de famosetes de medio pelo. Vamos, que la Tank Girl que conocimos ha acabado en paradero desconocido, adicta a ponerse hasta el culo de todo lo que pilla por delante para que el calipso al que es tan aficionada suene veinte veces mejor… Hasta que, un buen día, recibe una desesperada llamada de auxilio: si no acude a la ayuda de su novio Booga (por si no lo sabes: un canguro), este caerá en las manos de Tony El Chaquetas, un productor de cine con menos escrúpulos que la mafia italiana y que se dedica a encumbrar a nuevas promesas. O eso dice él.
Así arranca «Tank Girl: La Odisea«, la nueva entrega de las aventuras de un personaje que creíamos totalmente desaparecido pero que parece que ha vuelto con más fuerza que nunca. Para empezar, Tank Girl vuelve a ser ilustrada por el también muy icónico Jamie Hewlett, quien dejó colgada a la heroína para embarcarse en esa odisea particular que fue la creación junto a Damon Albarn -de Blur– de la determinante banda Gorillaz (¿Ya finiquitada? ¿O sólo fueron rumores?). Y aunque muchos esperarían que el guión corriera a cargo de Adam Martin (creador de los tomos originales), tampoco podrán quejarse al saber que estas nuevas aventuras de Tank Girl vienen firmadas por Peter Milligan, quien ya tiene el culo pelado de trabajar en cómics imponentes como «Red Lantern«, «Hellblazer» o «Liga de la Justicia Oscura«. Recién publicada en nuestro país por La Cúpula, ¿no parece el mejor momento para disfrutar de un icono como Tank Girl teniendo en cuenta el revival noventoso que estamos viviendo?