Two Door Cinema Club. Este es el nombre del primer hype de la temporada en las islas británicas en lo que va de año. ¿Y quiénes son? Se trata de tres chavales norirlandeses agrupados en 2007 que han lanzado su álbum de debut, «Tourist History» (Kitsuné / Nuevos Medios, 2010), a través del reputado sello francés Kitsuné Music el 1 de Marzo. Vienen de presentar dos EP’s en el pasado 2009 con los que levantaron un relativo revuelo en la escena y con los que dejaban entrever por dónde iban sus intenciones, materializadas ahora sobre la epidermis de su primer largo. Mucho hemos oído de ellos estos últimos meses: que si son la nueva promesa de la música británica y la respuesta a Vampire Weekend desde las islas… E incluso que si encabezan la nueva hornada de electropop inglés junto a compañeros de espadas como Foals o Delphic. ¿Qué tiene todo esto de cierto? Pues bien, la verdad es que “Tourist History” es un disco que sorprende por su inmediatez y descaro desde la primera escucha y que ofrece canciones cortas, directas, sin más preocupación que la de hacernos sonreír y empujarnos a bailar con adictivas melodías, siempre apoyados en guitarras, sintetizadores, un pequeño guiño a la experimentación pop y el buen gusto necesario para combinar todos estos factores sin sonar hortera. Eso sí, no esconden sus cartas en ningún momento, a sabiendas de que mostrar sus influencias, en este caso, no puede más que jugar a su favor (y más viendo las tendencias de los últimos años). Two Door Cinema Club cogen las voces pop de Passion Pit o Phoenix, las guitarras pseudo math rock de Foals y la (difícil) facilidad de crear hits revientapistas de unos Bloc Party o Franz Ferdinand post-punk en plena forma. Vaya, que los chicos tienen claro a qué quieren sonar.
Desde su MySpace se puede leer que han sido comparados con Death Cab For Cutie y Broken Social Scene (relación que no acabo de ver con tanta claridad como ellos), se habla de voces melódicas, de guitarras “oceánicas” y de un ritmo vibrante. Para mí, estas diez canciones que conforman el álbum no dejan de ser un buen resumen de lo que ha sido el electro, el indie e incluso el pop con tintes africanos de los aclamados Vampire Weekend de este final de década. Con hits para reventar las discotecas cuentan, desde luego: no hay más que escuchar su ya casi famoso «I Can Talk«, «Something Good Can Work» (cuanto más la escucho, más me suena a Phoenix) o «Undercover Martyn«, por poner sólo algunos ejemplos.
De recomendable escucha, sobre todo para amantes de sonidos como los de los grupos anteriormente mencionados: electrónica muy light y indie pop facilón, apuesto a que Two Door Cinema Club no pasarán a formar parte de vuestras formaciones favoritas con este «Tourist History«, pero estoy seguro de que más de uno bailará como un descosido sus hits algún sábado noche (algo totalmente lógico, viendo la facilidad con la que se desenvuelven en ese terreno). La fórmula de estos chicos es divertida y funciona… Ahora sólo tienen que evitar que se les recuerde exclusivamente por “I can talk”. Podrán demostrarlo en la gira que ahora les viene… Y en el segundo álbum que desde ya, esperamos. Ya se sabe: puntuar la reválida es más divertido que sorprenderse con el debut.