A día de hoy, nos parece lo más normal del mundo conocer los detalles más íntimos de los autores literarios que más nos gustan: sabemos que este está felizmente casado y con hijos, que aquella tuvo una infancia bastante difícil o que al de más allá le gustan más las mujeres que a un tonto un lápiz. Pero esta desnudez total de lo íntimo es algo relativamente nuevo: hasta hace no demasiado, de un autor se conocía lo que escribía. Y muchas veces, además, se confundía obra y vida del escritor de tal forma que, a día de hoy, no te puedes fiar de depende qué biografías. Por eso resulta interesante que Alpha Decay publique dentro de su colección Alpha Mini el libro «Vidas Conjeturales» de Fleur Jaeggy.
Es este un manuscrito en el que la autora aborda sin ningún pudor algunos de los aspectos más íntimos de tres autores de los que parece que no todo estaba dicho todavía: de Thomas de Quincey destapa una niñez sombría saltando de un internado a otro a cada cual menos acogedor y cálido (en lo humano, se entiende); en el caso del poeta John Keats desvela la sorprendente capacidad que siempre tuvo para alternar su pluma de un lirismo sublime con un carácter pendenciero siempre a punto para meterse en una pelea; y, por último, al respecto de Marcel Schwob expone su afición por la aventura viajera, que le llevó a viajar al Sur del Pacífico a la búsqueda de las huellas de su ídolo Robert Louis Stevenson.
Pero que nadie crea que esto se trata de hacerle un «Sálvame» a los autores mencionados: Jaeggy prefiere la poesía al ensayo, la narrativa a la documentación, de tal forma que «Vidas Conjeturales» acaba siendo una apasionante visión de una autora que no huye de su propio estilo ni a la hora de acercarse a tres pesos pesados de la literatura como los mencionados.