UP
Lo hemos repetido hasta la saciedad, pero no nos cansamos: el nuevo emplazamiento del Sónar de Día ha sido una de las mejores decisiones ever. Pensábamos que sería imposible remplazar esa zona en la plaza del MACBA que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar y que nos tenía el corazón robado, pero no: nos hemos olvidado de ella como una zorra se olvida enseguida de su novio al dejarle. La nueva localización es mil veces más grande y mucho más cómoda…. Total win.
La nueva zona pro. Sabemos que da rabia, pero se estaba tan a gustito…
El restaurante de la zona pro a cargo del Xemei. Y si lo de antes os ha dado rabia, esto seguro que mucho más.
El empuje a la jornada del jueves: ¡la programación de este año fue insuperable!
El SónarCar. SIEMPRE.
Las chicas que se plantaron en el recinto con barba. Olé vuestros (metafóricos) huevos.
Skip&Die o la fusión de M.I.A y Die Antwoord mil veces más pasada de vueltas y con un look extravaganza que puso patas arriba el SónarVillage.
La programación musical: muy probablemente, la de mayor nivel artístico este año. Ellos no lo han dicho, pero lo decimos nosotros: #bestsonarever.
El buen tiempo y el buen rollo que se vivió en el Sónar Día en todo momento.
Gritar antes del concierto de Kraftwerk «¡¡se han quedado sin gafas!!» para provocar el pánico entre la gente. En serio, fue divertido.
Las nuevas canciones de Pet Shop Boys. Y la gente siempre del revés con «It´s a Sin«: himno generacional.
Algunos miembros de la redacción comiendo casi al lado de Chromatics.
Atom TM. A las barricadas.
La mochila de esta edición le robó el corazón a alguno de nuestros colaboradores… y todavía está esperando que alguien se la regale.
El Sónar +D. Puede que, este año, con el cambio de recinto y demás, no haya lucido tanto como esperábamos. Pero ojito, porque esto tiene pinta de apuesta de futuro to the max.
Que la organización de este festival tenga ese halo tan positivo entre la gente (público y prensa). Y que las personas que la componen y que están detrás del festival lo merezcan indiscutiblemente.
DOWN
Los precios de la cerveza: 4 leuros un vaso pequeñito es un poco timo. ¡Que estamos en crisis! Y que el sistema de compra de la bebida fuese por tickets. Estamos en el 2013 y aún perdemos el tiempo de esta manera…no pot ser.
La zona de comida es un poco meh: poca variedad y muchas colas. Sabemos que no todo el mundo empalma Sónar de Día + Sónar de Noche y comer acaba siendo secundario pero… y los que sí lo hacen y quieren llenarse el buche bien qué, ¿eh?.
El agobio que sufrimos la primera noche en el concierto de Nicolas Jaar. Se entiende que la marabunta que se desplazó desde Kraftwerk no tenía otra cosa a la que ir y acabamos todos allí como borregos. Por un momento nos sentimos un poco en el Madrid Arena. No kidding.
La nave espacial de Skrillex. Y el pelo de Skrillex.
Que el crecimiento de aforo y asistencia del festival se haya traducido en muuuchas más colas y más agobios en según qué conciertos. Nos alegramos de que el Sónar crezca, pero echamos de menos en algún momento poder bailar con calma.
Los fumadores, que en escenarios cerrados como el SónarDôme le dieron al pitillo cosa fina sin importarles que era un espacio cerrado. Sois unos pesados, en serio.
El retraso y el desprecio hacia el público de JJ Doom.
Los problemas técnicos de bRUNA. No se lo merecía.
Lo poco que duran las vueltas de los autos de choque…¡y lo mucho que cuesta pillar uno!
Que los guiris piensan que es un festival poco gay… Si supieran…
Los 22 minutos de «Autobahn«… que se hicieron un poco carretera cuesta arriba.
El nivel de los looks de la peña. Cada vez se lo curran menos.
Pillar taxis para ir al Fira 2. Un drama.
Volver del Fira 2. Otro drama.
No estar acreditado y que Luna Miguel sí. Mi crónica hubiese sido mucho más graciosa (Marco Ascione dixit)
Que se acabe. En serio. Ojalá hubiera un Sónar todos los meses.
[Estela Cebrián + Marco Ascione + Raül de Tena]