La portada de «De Lo Concreto A Lo General» (Jabalina, 2013) es preclara a la hora de explicar qué se puede encontrar en el interior del debut en largo de Doble Pletina: por si el título no lo dejara suficientemente claro (con esa larga flecha que une la primera parte «De Lo Concreto» con la segunda «A Lo General«), un cono de lo que parece granito flota sobre un fondo rosa reiterando la idea de ir de lo concreto -es decir: el extremo estrecho del cono- hacia lo general -el lado opuesto, donde la apertura de la figura demuestra que dentro del granito habita una materia aparentemente cálida-. Una forma nada sutil pero dulcemente efectiva de que todo aquel que se aventure a la escucha del álbum lo haga con una idea gravitando por encima de la experiencia: la teoría (y la práctica) de que la intención de Doble Pletina es llevar hasta el extremo un método hipotético-deductivo de los que, por definición, obtienen conclusiones generales a partir de premisas particulares.
Basta prestar atención a las letras de «De Lo Concreto A Lo General» para rastrear la intención detrás de este método. En «Hacer Algo«, Marc Ribera canta «¿Hasta cuándo debería esperar? ¿No sería hora de empezar a hacer algo?«: si te quedas en el estribillo, bien puede parecer una canción de amor indeciso incapaz de lanzarse de cabeza hacia el objeto de su deseo; pero a poco que ahondes en el resto de palabras, pronto adviertes que este tema en concreto no trata de amoríos diversos, sino de ese sentimiento de frustración tan reconocible en el que, de pronto, te encuentras varado en una situación vital aparentemente inmobilista (con esa frase final asesina: «¿Qué sucede si me sobran las ganas y me falta la capacidad?«). La verdadera clave para entender esta metodología teórica llega casi al final del disco, en «Igual o Mayor Que«: un pildorazo de minuto y medio en el que la letra es sublime de principio a fin, sin ningún tipo de desperdicio… «Pienso que hay una relación directa entre lo que pasa en mi corazón y el mal que asola la nación. Debe existir cierta correspondencia entre mi inestabilidad y el terror que respira la ciudad. De lo concreto a lo general, de lo privado a lo universal, de mi dolor… al malestar internacional«. Poco más se puede añadir a una salva de metralla tan certera.
El campo de batalla en el que transcurre «De Lo Concreto A Lo General» queda, entonces, definido a la perfección. Marc Ribera, Laura Antolín, Cati Bestard, Jaume Cladera y Francina Ribes han conseguido, con la inestimable ayuda de Cristian Pallejà (Fred i Son) a la producción, retratar a la perfección el campo de minas (sentimental y social) en la que vive inmersa una generación perdida a la que la crisis externa y el ensimismamiento interno han saboteado un crecimiento normal hacia lo que hasta hace bien poco se suponía la vida adulta. Doble Pletina saben cómo abrir su propio pecho para exhibir emociones tan cercanas como la barrena intelectual de una era de la sobreinformación y el bombardeo de opiniones que a veces te hace dudar incluso de tu propia sombra (en el aletargamiento de «Terco«), la envidia hacia presuntos compañeros de generación a los que les va mejor que a ti (en la magistral «Dimes y Diretes) o esa eterna sensación de que el pasado siempre fue mejor («Éramos felices, dudábamos menos. Teníamos más dientes, también más dinero. Las mejores fiestas: ¡qué años aquellos! Azul era el cielo y el mar. Dime por qué se tuvo que acabar» cantan en «Parque Jurásico«)… Pero también hay espacio para emociones más puras, atemporales e intergeneracionales, como los corazones rotos de «Teoría y Práctica» o las inseguridad de los primeros pasos en toda relación amorosa que perlan «Rendez-Vous«.
Aun así, y aunque es tentador concluir en que lo que hace inmenso a «De Lo Concreto A Lo General» es precisamente su colección de letras desarmantes, también hay que reconocer que esa mencionada grandeza también tiene mucho que ver con otro método opuesto al aplicado en el fondo lírico: la forma musical del debut de Doble Pletina parece optar, por el contrario, por un método inductivo que va desde el general de unas clarísimas referencias hacia lo concreto de una emoción lírica perfectamente definida. Las coordenadas del sonido de este álbum puede que estén claramente orientadas hacia el Donosti Sound (escuchar «¿Puede Callarse Todo El Mundo?» rompe el corazón por lo que tiene de reanimación del cadáver de La Buena Vida) y la tradición vainiquera de la apariencia falsamente naif bajo la que late un corazón a veces cruel, siempre irónico… Y, aun así, aquí y allá pueden escucharse otros rastros musicales como la clara referencia a Astrud en «Igual o Mayor Que» (donde incluso la cadencia con la que canta Ribera remite a «Lo Popular (Retrato de Adrià Grandia)«) o la perfecta captura de esa revalorización de las sonoridades tradicionales patrias que tan bien han practicado últimamente desde Klaus & Kinski hasta Lorena Álvarez y Su Banda Municipal.
Pero repito: este acervo de referencias musicales generales, al fin y al cabo, vuelven a apuntar hacia una meta concreta. Una meta que, al fin y al cabo, queda al descubierto en la ya mencionada «Terco«. A lo largo y ancho de «De Lo Concreto A Lo General«, Doble Pletina se han esforzado por pintar a su propia generación con cariño pero de forma despiadada: nuestro principal problema (sí, finalmente me atrevo a hablar de nosotros en primera persona plural) es que, por mucho que nos encontremos en una situación emocional, social, política y económica totalmente devastadora, seguimos sin hacer nada. Seguimos vanagloriándonos de lo genial que somos todos. Pero todo método, ya sea inductivo o deductivo, no sirve de nada si al final de la investigación no propone soluciones para el problema tratada. Así que Doble Pletina se aventuran a proporcionarnos las herramientas necesarias para el cambio: «Empiezo a sospechar que tal vez no tenga razón después de tanto tiempo manteniendo mi opinión (…). ¿Debería cambiar de opinión o mantenerla? Tal vez sea lo que me retenga: la vergüenza del error.» Por segunda vez, lo único que puedo decir es que… poco más se puede añadir.