En tiempos como los que corren, se agradece de una forma sincera que aparezcan libros que pretenden ser la cerilla necesaria para prender fuego a la situación sociopolítica y económica de mierda que estamos viviendo. Libros que, al fin y al cabo, intenten despertar a quien lee y mantenerle con los ojos muy pero que muy abiertos. Es el caso, por ejemplo, de «Todo Va Bien«, un manuscrito con del que se ha dicho que es particularmente efectivo a la hora de relativizar la manera en la que el lector piensa en su trabajo. Como no podía tratarse de otro forma, considerando el alto componente incendiario de la novela de Socrates Adams, la editorial que lo ha traído hasta nuestro país es precisamente Pálido Fuego.
«Todo Va Bien» está protagonizado por Ian, un vendedor que siempre se queda por debajo de sus objetivos laborales y que, por lo tanto, vive anhelando unas vacaciones a todo trapo que nunca puede permitirse. Otros dos personajes marcan la existencia de Ian: su jefe (un tipo poderoso y respetado) y su hija (que es una tubería… y hasta aquí podemos leer). Si todo te parece un poco absurdo, empieza a pensar de forma más lateral: «Todo Va Bien» es un libro que, según la propia editorial, está profundamente influído por la literatura de Knut Hamsun. Así que ya puedes imaginar por dónde van a ir los tiros (o no, porque la verdad es que lo de que la hija de Ian sea una tubería nos tiene todo picuetos en la redacción de FPM).