Da igual los meses que pasen… Kendrick Lamar facturó a finales del año pasado una joyita tan pluscuamperfecta, «good kid, m.A.A.d city» (Aftermath, 2012), que el paso del tiempo no le afecta. Nueva prueba de ello es que ahora a Lamar le da por lanzar el videoclip de «Bitch, Don’t Kill My Vibe» (aquella canción que, por cierto, debería haber sido grabada originalmente con Lady Gaga) y a nosotros sigue apasionándonos como el primer día. También es cierto que Kendrick es mucho Kendrick: abre el clip como una parodia del rollo apesadumbrado típico de los gangstas raperos que van a un fuderal todo maqueados de blanco y, al final, después de un interludio de fiesta con el cura, acaban todos de fiesta desparramada en un prado. Grande. Además, sinceramente, nos morimos de ganas por saber a quién va dirigida la dedicatoria final: «Death to Molly«.