Decía un anuncio hace algunos años que no hay que llamar iluso a aquel que tiene una ilusión (¿o era algo que afirmaba Forrest Gump?)… En esas ha estado últimamente Jonás Trueba: si el director de «Todas Las Canciones Hablan De Mí» hace escasas semanas que presentaba su segunda película bajo el título de «Los Ilusos«, ahora resulta que el celuloide viene acompañado de papel encuadernado. El mismo Trueba ha confirmado que los ilusos del título son (entre otras muchas cosas) todos aquellos personajes que en su film intentan levantar una película a base de ilusión, así que no habría de extrañar a nadie que ahora el film amplíe las fronteras de su exploración a través de un libro titulado «Las Ilusiones«.
Es esta una novela que intenta atrapar, como suele decirse, «la vida misma». Una vida repleta de felices contradicciones como herramienta para luchar contra la gravedad que parece haberse apoderado de la vida de las nuevas generaciones. Nadie mejor que Periférica (la editorial responsable de la edición de «Las Ilusiones«) para desentrañar los entresijos del libro: «Quien se acerque a este libro buscando sólo una trama, un cliché, un argumento, se equivocará: es un texto híbrido; lo que quiere decir, según los diccionarios, que procede de dos individuos de distinta especie: un joven y alguien que pronto dejará de ser joven…» Si nos llaman ilusos, que nos lo llamen. Pero esto es de lectura obligada.