El pasado viernes 26 de abril, Fantastic Plastic Mag era uno de los medios invitados a la pre-escucha en exclusiva del nuevo trabajo de Daft Punk: «Random Access Memories» (Sony, 2013) se lanzará el próximo 21 de mayo, pero teníamos tantas ganas de hincarle el diente que no dudamos ni un segundo en plantarnos a la hora acordada en el Auditori del MACBA. Allá nos topamos con una sala de acústica pluscuamperfecta en la que un equipo de sonido increíble nos aseguraba una experiencia de escucha única. Así fué… y aquí os dejamos los cinco pros y los cinco contras que nos vinieron a la cabeza en aquella primera escucha.
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PROS
1. No es tan malo como pensábamos (y como algunos miembros de la redacción deseaban).
2. Estadísticamente hablando, a primera escucha nos salen seis temazos irrefutables: «The Game of Love» sería el nuevo «Something Between Us» pero para follar; «Giorgio by Moroder» se abre con un speach de Moroder que quita el sentido y continúa con una oda de disco hortera que oposita seriamente para canción del año; «Instant Crush» demuestra que Julian Casablancas sirve para mucho más que para substituir al cantante de Maná; «Lose Yourself to Dance» suena a DFA (si obviamos que DFA ya hacen su trabajo suficientemente bien y que es imposible ensombrecerlos); «Touch» es algo así como los excesos operísticos de «El Fantasma de la Ópera» copulando con la psicotronía transnochada de «El Fantasma del Paraíso«; y «Contact«, como cierre del álbum, es un sonoro «Fuck you, Justice! Para que vengáis a copiarnos después, lo hacemos nosotros antes«.
3. Es una digna y vibrante continuación del «Discovery» (Virgin, 2001)
4. Que, al final, «Random Access Memories» no va a ser una reivindicación del sonido disco, sino algo mucho más complejo: Daft Punk más bien ensamblan este sonido disco con el formato típico (y comunmente hortera) de banda tradicional, comandada por el trío guitarra-bajo-batería. En un tiempo en el que se huye de la música de baile sintética y la analogía dancera pasa por súper-bandas en las que muchos miembros tocan muchos instrumentos (a veces, muy rebuscados), los franceses optan por el menos es menos en una reivindicación del sonido de banda ochentero más hortera. Sí, con solos incluídos.
5. Que nos invitaran a escucharlo en exclusiva (y nos regalaran unos totes la mar de molones).