Es por todos sabido el elevado nivel de compulsión obsesiva que vivimos en esta web. En nuestra fiebre, hace meses que nos quedamos atrapados con un personaje que desde entonces controla los entresijos de esta página como un tótem demiúrgico: es el gato Snacks, al que le dedicamos ofrendas en forma de posts día sí día también por el simple hecho de tenerlo contento. Conocimos a Snacks gracias a Bethany Cosentino, otra protagonista de alguna que otra obsesión fantástica y de muchos sueños húmedos. Nos enamoraron su delicado surf pop lo-fi y sus vaivenes emocionales mientras le pedía a una tal «ella» que fuera su novio. La vida nos ha dejado claro que Bethany es el Icono Femenino Pop de este 2010 que termina: su disco como Best Coast (incomensurable «Crazy for You» (Mexican Summer / Nuevos Medios, 2010) que nos ha dejado al resto crazy for her), sus incontables colaboraciones y apariciones en proyectos paralelos (grande el hit veraniego de Converse) y un peculiar estilo que la hacen la artista más deseada por ellos y envidiada por ellas.
Pero una sombra se cierne sobre el futuro de Bethany como Musa Indiscutible, como Mito de la Música, como ejemplo de la niña guapa que no sólo es lista sino que podría quedar para tomar té con tu novia y ella encantada de la vida. Y esa sombra tiene un nombre tan exótico como llamativo. La única que puede destronar a Bethany es Frankie Rose, batería de Vivian Girls, Dum Dum Girls y Crystal Stilts y frontwoman de Frankie Rose & The Outs, nuevo must musical Fantástico en ciernes del que os daremos habida cuenta en breve. Prometemos reseña en breve del homónimo «Frankie Rose & The Outs» (Slumberland / Nuevos Medios, 2010). ¿Cuál será la vencedora de esta lucha de gatas? ¿Tendrá Frankie Rose una mascota tan carismática como Snacks? ¿Soportará Bethany no ser la más bonica del lugar? ¿Será al final Frankie Rose el “she” que Best Coast desearía como “boyfriend”?
ROUND 1… FIGHT! WHO’S THAT GIRL?
NOMBRE COMPLETO. Bethany Cosentino . ALIAS. Best Coast. NACIONALIDAD. Americana, de LA, Eagles Rock. EDAD. 23 años. PROFESIÓN. Compositora, cantante, líder del último grito en grupos lo-fi, It music girl, dueña oficial de Snacks y novia de Nathan Wavves.
Es la perfecta Girl Next Door. Una muñeca preciosa y dulce que además compone canciones estupendas. Tiene ese toque naïve que a todo hombre pone burraco y que a las mujeres nos despierta cierta ternura, por qué no. Bethany no es como esas guarronas que te roban el novio a base de escotazos. Su vida es sencilla, como ella misma y la música que pregona. Le gusta mirar palmeras, emporrarse lo justo para que no duela, ver «Seinfeld«, rodearse de gatos y componer canciones en las que transmite su adoración por California y todo lo que conlleva (Sea, Sex & Sun). Es el epítome del éxito hipster a temprana edad: lleva desde los diecisiete años dando tumbos por garitos armada de su guitarra y su personal recuperación del surf y el pop de chicas sesentero (en aquella época como Bethany Sharayah), y recibiendo ya entonces proposiciones de labels importantes. Luego formó Pocahaunted junto a Amanda Brown, con los que teloneó a los mismísimos Sonic Youth. Bethany se convirtió en estrella del universo cultureta gafapastil en 3, 2 o 1, alcanzando el cénit como Best Coast en compañía de Bob Bruno y Ali Koehler, ex Vivian Girls.
NOMBRE COMPLETO. Frankie . ALIAS. Frankie Rose. NACIONALIDAD. Americana, NY, de Brooklyn de toda la vida. EDAD. Desconocida. PROFESIÓN. Pluriempleada del mundillo pop lo-fi americano. Batería y vocalista de Vivian Girls y Dum Dum Girls, batería de Crystal Stilts y líder de Frankie Rose & The Outs, donde toca la guitarra y canta.
A tan temprana edad y ya cuesta seguirle la pista. Su currículum musical es extenso, envidiable y sorprendente porque esta chica, que tiene pinta de ser más lista que el hambre y más activa que una abeja obrera, ha militado y milita en bandas de rancio abolengo indie para gusto y babeo de todo cultureta fan de las producciones que suenan a viejo… y también para desespero de sus compañeros de correrías que saben cuándo entra pero no cuánto durará, por lo que cosecha amores / odios como un Neil Young con tetas. Fue miembra fundadora de Vivian Girls en 2006, banda que dejó para incorporarse a Crystal Stilts en 2007, a los que dejó a medio camino para sumarse a Dum Dum Girls en 2009, que se enteraron de que Rose se aventuraba con su propio proyecto junto a The Outs como Felipe González de lo del GAL, por la prensa. A Frankie lo que le mola es el garaje, el punk guarro, las distorsiones, las reverbs, los pedales y las melodías sesenteras, traslada su evidente energía con rabia y carácter a todo lo que toca, y sus compañeros lloran lágrimas de sangre cada vez que dice Bye Bye Bayou porque saben lo que se pierden. En Frankie Rose & The Outs parece haber encontrado por fin la rendija que le permita desarrollar su vibrante creatividad y el resultado es un proyecto de rock lo-fi que oscila entre las bandas sonoras de spaghtetti westerns y las harmonías spectorianas. Not to be missed.
ROUND 2… FIGHT! STYLE ICON WHY?
BETHANY COSENTINO. Aunque Betts diga que vestía mucho mejor cuando era joven y no tenía su vida metida en una maleta, nadie puede negar que tiene un estilo muy marcado y definido. A pesar de que ese estilo se base, precisamente, en presumir de no tenerlo. Su peculiar forma de vestir, combinar prendas y estampados es la típica de aquéllas que dicen que “se han puesto lo primero que han pillado” pero cuyo armario está certeramente estudiado. Algo muy in hoy en día. Cosentino hace gala de un estilo naïve, casi infantil -no esperábamos menos de alguien que deja que su gato escoja el track list de su disco-: estampados florales y étnicos, algodón, rafias y tonos pastel son su particular baza de estilo. Dice que se inspira en el rollo Valley Girl, el kinder whore que popularizara Courtney Love y el grunge liviano de Angela Chase de «My So Called Life«. Osea, todo muy 90s revival, originalidad 0 pero efectiva 100%. La hemos visto sobre todo con vestidos vaporosos, tank tops y faldas tubo de talle alto, siempre parapetada detrás de unas gafas de sol de pantalla grande y con un hairdo pelín dejado. Mi personal valoración es, que siendo mona como es, es una tipa que llama la atención… Pero si no fuera la dueña de Snacks, no pasaría de ser otra guiri que pasea botas de agua en Glaston.
FRANKIE ROSE. En las antípodas de las chicas de la Costa Oeste, más dadas al look veraniego, las flores y los flips flops, Frankie Rose representa el icono de chica de la East Coast, neoyorquina hasta la médula, arty hasta la muerte. Su look suele ser andrógino, como una «Annie Hall» adaptada a los nuevos tiempos, con un rollo boho rocker bastante sobrio. Como buena rockera, el negro es su más fiel aliado, el que nunca le falla. Prodiga un estilo sobrio y minimalista que remata muy acertadamente con algún toque de encaje: t-shirts básicas, jeans, el pelo planchado o recogido y el flequillo despuntado. No hace falta más, aunque si se calza un vestido de topos puede competir con cualquiera de las Ronettes en clase, elegancia y savoir faire. Pocas veces se le ve con ropa extremadamente femenina, quizá alguna blusa de estilo romántico combinada con jeans negros y poca cosa más. Minimalismo y sencillez. Así es ella.
ROUND 3… FIGHT! PREDICTOR
BETHANY COSENTINO. Con un disco en la mano la mar de resultón, sus melodías todavía rugiendo en nuestras cabezas (aunque haga meses ya que lo quemamos por primera vez), el auge de Best Coast parece no tener fin. Ni el hecho de que el frío ya asome la nariz en nuestras ventanas evita que su persona esté presente en tardes de domingo y días de guardar. Por supuesto, también está Snacks, el único gato famoso con su propia cuenta de Twitter que seguimos diariamente y que despierta más emociones que la de Kanye. «Crazy for You» estará en muchas listas de lo mejor del año, y su espíritu veraniego, sesentero, surfero e híper femenino promete continuaciones esperadas y suculentas.
FRANKIE ROSE. No es una novata, pero quizá el estar relegada a la batería le ha robado parte del protagonismo que merece de motu propio. Por ello es muy positivo que se haya decidido a dar el paso y liderar su propia banda. No tiene el carisma enternecedor de la Cosentino, no predica la feminidad ni en sus canciones ni en su estilo. No se le conocen novios populares o del mundillo (si alguien sabe de algún gossip suculento que postee, por favor) ni mascotas afamadas y sedientas de éxito y reconocimiento. Mucho nos tememos que aunque todos sus proyectos, el último en particular, nos motiven muchísimo, como icono de estilo a Frankie Rose todavía le queda mucho camino por andar. Pero no se fíen, esto es una carrera de fondo: no sólo se trata de destacar, llamar la atención o dar la nota en los momentos álgidos de la carrera de una. Miren si no a Moe Tucker, qué callado se lo tenía.
[Estela Cebrián]