Reconozcámoslo: lo fácil es pensar que Nicolas Winding Refn no conseguirá nunca superar el pelotazo de «Drive«. Pero también es fácil dejarse llevar por la emoción y confiar en la maña del director danés y esperar otra maravilla como su anterior película. El comodín ya lo tiene, porque su próximo proyecto lo protagoniza un Ryan Gosling digamos que «en estado de gracia» antes de hacer la espantá y declarar que dejaba la interpretación durante un tiempo. Muchas son las expectativas que hay puestas en «Only God Forgives» y, a la vista de lo que hemos podido catar en su primer tráiler, es muy posible que se vean cumplidas con soltura. Para su nueva locura, Winding Refn se ha llevado a Gosling a Thailandia, le ha puesto la camisa de mafioso chungo que regenta un club de thai-boxing (la excusa perfecta para incluir violencia a cascoporro, justificada o no) y ha metido un pollo familiar tan bien preparado como el que sirvió en «Drive«. Gosling volverá a verse implicado en un entuerto que tendrá que arreglar a base de hostias, pero en lugar de por una mujer, esta vez será para salvarle el culo a su hermano. Y todo aderezado con ese pulso estético tan firme, noctívago y obnuvilante que empieza a definir las películas de Winding Refn. Ojito que Gosling declaró que, si en «Drive» el director se movía con grilletes en los pies, el éxito de esta le ha dado carta blanca para dejarse llevar por completo, así que la peli se promete dura. Tendremos que esperar hasta mayo para ver si este tandem repite jugada y vuelve a marcarse la película del año, aunque todo apunta a que así será.