Como buen redactor de FPM, me gusta consumir tanto productos cutres (que el sentido común de cualquier persona -o incluso animal- rechazaría) como productos gourmets de lo más refinados, destinados a un público culto y, por lo tanto, minoritario. En esta línea va la obra de la canadiense Kate Beaton: «Hark! A Vagrant«. Lo que aquí tenemos son delicatessens en forma de tiras cómicas con una buena capa de humor que va del negro más negro hasta la ironía más ácida. ¿Los protagonistas? Un amplio abanico de personajes históricos y literarios que no te dejarán indiferente.
Kate Beaton, licenciada en historia, hace gala de sus conocimientos y los utiliza para jugar con la historia y sus protagonistas. Nadie se salva de su particular humor: Tesla, Hamlet, Poe, Scott Fitzgerald y su psicótica esposa Zelda, Batman, los X-Men, los mitos de la antigua Grecia y hasta un montón de personajes canadienses que admito no tener ni idea de quiénes son (excepto Louis Riel, ese sí que le he reconocido), por poner algunos ejemplos. Beaton mezcla los conocimientos más elevados con algún que otro toque de cultura más asequible. Mención especial a toda la sección dedicada a Nancy Drew y sus misterios, o las tiras protagonizadas por superhéroes. Es cierto que ser lector asiduo y conocedor de los grandes clásicos literarios, como de los momentos históricos más importantes, ayudará a asimilar por completo el humor escondido detrás de cada tira. Sin embargo, no todo es cultura esnobista y oligárquica: en «Hark! A Vagrant» también hay espacio para el resto de los mortales que no somos monstruos del saber como lo es la canadiense. Tanto es así que este es un producto que se puede disfrutar perfectamente sin necesidad de tener todo ese bagaje cultural detrás.
En resumen, una lectura más que recomendable que, junto a «La Biblia de la Hermandad Perry» de Gurewitch, es de lo mejorcito que he leído últimamente en lo que a humor se refiere. Si a todo esto le sumas el toque de distinción que te da esta lectura y la sensación de ser más listo que nadie al reírte con cada tira, no hay discusión que valga: ¡cómpralo!