Estrenaba la edición de este año del EGO, fue la diseñadora más madrugadora de la jornada y, para más inri, se alzó con el premio «Fashion Talent» que en esta edición premiaba a la propuesta más destacada de la pasarela de diseñadores emergentes y que la llevará a presentar su propuesta en la Fashion Week de Méjico. Pepa Salazar hizo todo un «vini, vidi, vici» con su juego de tallas, la colección «S.M.L.XL» que, además, era su primera incursión en el EGO madrileño.
Pepa ya había dejado claro que la suya, más que una colección al uso, iba a ser una reflexión sobre el tallaje y que, más que en sus aciertos, se iba a centrar en sus errores. Ahí iba a plasmar su gran experiencia como patronista y a expresar su adoración por el diseñador Junya Watanabe, la sastrería ¡e incluso la papiroflexia! Con estas premisas, desplegó una colección en la que mandaron el blanco y el negro, que solo dejaron asomar algún que otro tono pastel y que se dejaron arrebatar el protagonismo por un ocasional azul tinta. Las prendas se construían en formas desestructuradas que se encajaban a la cintura en faldas peplum, (lo experimental no quita lo femenino), llegaban hasta las rodillas o subían un poco en coquetos vuelos. Cuando bajaban de media pierna, llegaban a los tobillos en forma de maxifaldas que ese enredaban en las tibias y los peronés de las modelos. Las prendas vestían el cuerpo femenino con vuelos y formas que dejaban intuir muchas superposiciones y que reveló una colección equilibrada en la forma y al mismo tiempo arriesgada en el fondo. ¿Justa ganadora? Sin duda.
[Fotos extraídas de Yodona]