Hay autores en los que, inevitablemente, te topas antes con sus referencias que con su obra. Es el caso, inevitabelmente, de Jane Bowles: esta escritora no fue sólo la mujer del literato Paul Bowles, sino que tambkién fue una de las amigas más cercanas de Truman Capote (de ella, el autor de «A Sangre Fría» dijo que era «una leyenda moderna«) y una artista admirada por luminarias como Tennessee Williams o John Ashbery, entre otros. Una vez conocidas todas sus referencias, ¿no son inevitables las ganas de leer algo de su puño y letra? La editorial Eterna Cadencia te lo pone bien fácil, ya que acaba de editar «Juego de Damas«, un tomo en el que se recopilan un total de nueve relatos y la obra de teatro «Verano en la Glorieta» (considerada de culto desde el momento de su publicación). En todos sus escritos, Bowles se muestra divertida y lúcida, por mucho que sus personajes suelan estar marcados a fuego por sus propias insatisfacciones, sus deseos nunca expresados en voz alta y unas relaciones asfixiantes de todo tipo, ya sean románticas o familiares. Un tomo que viene traducido y prologado por Gabriela Bejerman y que, definitivamente, debería situar a Jane Bowles en el lugar que se merece: brillando por ella misma y no por sus referencias.